Siempre es bueno hablar con gente mayor. Por eso disfruté la charla telefónica con Miguel Ángel Gamboa, que como jugador empezó en Audax y pasó por varios clubes de Chile y de México, que participó en medios de comunicación y que ahora juega en Ligas porque es un enamorado del fútbol. Gran charlador, amigo de decir las cosas por su nombre (y si no tienen, él las bautiza), de comentarios provocadores, dueño de una mecha corta que lo llevó a agarrar a un árbitro del cogote y siempre al tanto de los comidillos del fútbol.
Lo ubico siempre con la camiseta de la U, a pesar de que vistió tantas, porque fue su club más importante y la defendía en 1982, cuando se puso la roja para ir a ese infausto mundial español.
Bueno, es de un hombre de la U de quien hablamos. Azul hasta la médula. Goleador. Seleccionado chileno. Cabeceador insigne. Carlos Campos. El Tanque. Y lo que me señala “el Loco” es que Carlitos Campos, en medio de esta pelea por el más grande artillero histórico de los campeonatos chilenos, ha dicho que él hizo todos sus goles de juego, que nunca marcó penales ni tiros libres. Por cierto, la referencia es clara a los que suman 215, Francisco Valdés y Esteban Paredes. Y no solo ellos, son muchos los goleadores en el mundo que han marcado desde los doce pasos o en ajustados tiros que eludieron barreras.
Pero hay un orgullo personal en aquellos que no han recurrido a la pelota detenida.
En el caso de “Chamaco”, es cierto que llegó a las mallas en pelotas quietas (“muertas”, como se decía cuando le temíamos menos a la muerte), también conocidas como “detenidas” (hasta antes de, bueno, hasta antes de 1990) y “paradas”, como se dice hoy. El delantero (lo que suele olvidarse) y mediocampista armador (lo único que se recuerda) marcó 32 goles de penal. ¿De tiro libre? No tengo idea. Podría contarlos, pero no creo que lo haga.
El tema de las estadísticas es bravo. Dejé de actualizarlas precisamente para el centenario. El programa de base de datos que usé (el dBase 3 Plus) pronto se hizo insuficiente para el campeonato chileno. Muchos clubes, muchos jugadores, muchos goles, muchos estadios y mucho de todo para un programa que resistía solo 10.000 registros.
Le cuento esto porque del “Chamaco” es del único jugador que llevé una contabilidad de gol a gol, una vez que los parciales indicaban que era el goleador máximo. De Paredes me guío por los estadígrafos que mantienen sus bases actualizadas y son en general buenos profesionales, excelentes manejadores de datos.
Al “Tanque” Campos lo tengo con 160 goles. Pueden ser un par más o un par menos y quién sabe cuántos de cabeza, su especialidad. Aunque no fue exitoso como seleccionado nacional, en la U fue astro total recogiendo centros de Leonel Sánchez y más tarde haciendo jugar a Pedro Araya, abriéndole el juego a la banda derecha.
No convirtió de penal ni de tiro libre. Ahora que, con todo respeto, no sé cómo le habría ido de hacerlo. No sé si alguna vez se lo pidieron o si alguna vez se ofreció. Porque si atropellar para el frentazo es difícil, patear un penal o un tiro libre también es complicado. Se le puede preguntar a varios.
Mañana juega Claudio Bravo por Chile y cuando se incorporen los demás “referentes” hablarán “cara a cara”. Una lata el asunto.