Si se ve el video hoy, da un poco de pena. Dura solo 36 segundos y sigue colgado en la página oficial del Manchester United. Ya no está en la portada, claro, sino en las noticias viejas, con la disponibilidad nostálgica de lo que pudo ser y no fue.
El video abre con Alexis tocando el piano mientras suenan los acordes del “Glory, glory, Man United”, esa canción cuya estrofa inicial es una adaptación del tema mejor conocido como “Glory, glory, Aleluya”. Luego el pianista se levanta, camina hasta un camarín, se calza la camiseta número 7 y entra cabeza en alto a Old Trafford, con toma contrapicada para mayor realce. Todo muy épico (la música sube de volumen incluso) pero mirándolo hoy, no, no estaba tan bien, había una premonición.
Primero, la oscuridad: el video ocurre de noche. Después, la soledad: el estadio está vacío. Y por último, el frío: Alexis echa claramente humito al respirar.
Solo, de noche y entumido; así se imaginó el artista a Alexis. El único momento de calidez que le dejó fue su interpretación al piano, solo también, una faena que por supuesto es modesta, porque a “Maravilla” le gusta el piano pero nunca tanto.
Esta pieza visual, titulada sin ambages como “el mejor video de presentación de todos los tiempos”, fue subida a la red el lunes 22 de enero de 2018, o sea el año pasado, hace nada, pero parece una eternidad.
El agua futbolística que corrió bajo ese puente es mejor no repasarla, aunque bastará decir que contando sus partidos en la Premier, la Champions, la FA Cup, la Copa de la Liga, la UEFA League y hasta la International Champions League y los amistosos, contando todo, hizo 7 goles, un gol cada dos meses y medio. Pocazo.
En la memoria quedarán no los festejos, sino las incómodas portadas de los diarios británicos sobre su sueldo, los reclamos en fila de una serie de compañeros que querían ganar lo mismo, las durísimas críticas de algunos excapitanes del club (Gary Neville dijo que había sido “un absoluto desastre” y le pidió derechamente a Solsjkaer que lo “sacara del club”; y Paul Scholes se atrevió a decir que el Manchester “nunca lo necesitó”), su quiebre con Mourinho y, pese a los esfuerzos de su agente por mantenerlo lejos de los medios, se le recordará en este periodo manchesteriano por otro quiebre, sentimental, cuya historia se pudo seguir en su cuenta de Instagram, aunque ya no.
La etapa dejó también el debut formal de Alexis en el cine, un oficio para el cual parece tener talento. Hay algunos que incluso creen que podría ser su salida profesional una vez que termine con el fútbol. Quién sabe.
Lo que sí sabemos es que volvió a Italia, ahora a Milán, una tierra que promete ser bastante menos inhóspita que la urbe inglesa. Llega al Inter como una estrella apagada, es cierto, pero eso es casi una ventaja: no estará obligado al destello inmediato; nadie andará fijándose en cuánto gana, y, por último, tendrá un entrenador con ganas de revivirlo y no al revés, como le pasó con “Mou”, cuando era Sánchez el que debía salvar los muebles en el incendio que tenía el portugués.
Si los amigos del Inter le van a hacer un video de bienvenida, una sugerencia: que sea de día, con calorcito (eso está fácil) y que haya gente en el Giuseppe Meazza. Por favor.