Cuando había cumplido un año fuera de la televisión, Carolina de Moras volvió a las pantallas con “Cosas de mujeres”, un programa de 16:00 a 17:00 horas, que el canal TV+ transmite desde el lunes pasado. Se podría decir que para una exanimadora del Festival de Viña este no es un regreso en grande. De hecho, ella misma es la productora ejecutiva del espacio y fue quien se encargó de decorar el living-set donde se realiza. Sin embargo, esta falta de
glamour se ve compensada con que tuvo la posibilidad de elegir a su coanimadora y de poner en pauta los temas que le interesan.
Es un caso parecido al de Claudia Conserva, quien, en este mismo canal, tuvo la posibilidad de armar “Milf”, un programa a la medida de sus inquietudes y de elegir a sus acompañantes. De Moras contó, en la primera edición de “Cosas de mujeres”, que escogió a Daniela Kirberg porque le parece alguien “normal”, nada de diva y con intereses parecidos a los de ella. Y he aquí que estas dos exmodelos de la agencia Elite, gurúes de la vida sana, del cuidado del cuerpo y del
look fashion —pero también de los aconteceres de la maternidad— comparten la conducción de un espacio que pretende interpretar a muchas mujeres chilenas.
Ambas dicen tener muy claro lo que al público femenino le interesa porque tienen miles de seguidores en redes sociales y siempre están recibiendo preguntas sobre cómo armar un buen
look, una rutina de ejercicios o una dieta sana. En su año de ausencia en la TV, De Moras creó el sitio web Moom.cl, y Kirberg condujo “Mamá al cien”, en el mismo canal. A esa experiencia, dicen, echarán mano para conectarse con la audiencia.
En los primeros capítulos los temas han sido más bien reflexivos que prácticos. En el debut, las conductoras recibieron en su living-estudio a gran parte de los animadores de TV+. Estuvieron las “Milf” en pleno, Daniel Valenzuela, José Miguel Furnaro y Daniel “Huevo” Fuenzalida. Las conversaciones, en general, rondaron en las diferencias entre hombres y mujeres a la hora de comunicarse. A día siguiente, el gran tema fue la felicidad y la invitada fue una psicoterapeuta que no solo respondía preguntas, sino también enseñaba tips y rituales para atraer este deseado estado. En el tercer episodio, la visita fue Mey Santamaría, quien contó su experiencia como madre “guardadora”, primero, y madre adoptiva, después. Fue una charla bastante emocional en la que la invitada intentó convencer a Carolina de Moras de que siguiera este mismo camino.
Queda claro que De Moras se siente a sus anchas con estos temas. Y Kirberg es una buena dupla porque se nota que están en la misma frecuencia. Es una gracia que hasta ahora hayan optado por contenidos más reflexivos que frívolos, aunque la conversación no es densa, sino de un nivel bastante liviano. Pero hay momentos en que la charla se hace repetitiva. No hay mayores recursos audiovisuales de apoyo y se echan de menos más elementos y más ritmo. Hasta la preparación de una ensalada de quínoa, en la última parte de un tercer capítulo, se hizo larga.
TV+ se ha especializado en estos programas, de un formato muy radial y basado en las conversaciones. Y pueden funcionar, sobre todo cuando hay química entre los animadores. Pero esto es TV en la era de las redes sociales. Y la falta de recursos puede suplirse con creatividad, imágenes e interacción con la audiencia.