¿Qué fue lo que le sacó los choros del canasto a Jorge Valdivia? ¿Hay algo que explique el rosario de insultos que le soltó a Ángelo Hermosilla en El Teniente? ¿Hay atenuantes para el iracundo “Mago”, algo que los dignatarios de la Segunda Sala puedan considerar para rebajar su castigo? Veamos.
Valdivia entró a los 62 minutos a la cancha y no la tocó hasta el 65', cuando Tomás Alarcón —el coprotagonista de esta historieta— le pinchó limpiamente el balón. Nada.
Recién en el minuto 70 volvió a agarrar la pelota, se sacó la marca fuerte de Alarcón y cedió para Paredes en una jugada sin destino. Poca magia. Entre medio, Hermosilla había amonestado a Provoste y Sepúlveda, uno de cada lado, por ásperos chuletones sobre Fernández y Opazo. Justo el juez en ambas.
Minuto 71: Valdivia agarra un rebote y ahora sí lo baja Alarcón, que además le mañosea la reposición de la pelota. Cobra el árbitro y también reprende a Valdivia que, molesto, ha empujado a Alarcón para apurar el tiro libre.
Minuto 72: manotazo débil de Costa en la cara de Magalhaes, amarilla para Costa, y el “Mago” se empieza a descomponer. Alega que el rancagüino se demora mucho en levantarse, pero sólo han pasado 20 segundos. La teoría general de relatividad aplica a la percepción del tiempo en el fútbol también.
Sigue el partido y poco después Alarcón vuelve a atender al 10. Sanciona Hermosilla, pero no usa sus cartulinas. No lo amerita tampoco.
¿Y alguna cosita de Valdivia en la cancha? Pocazo. Una habilitación a De la Fuente que terminó en córner y sería.
A los 76' Alarcón baja a Bolados, foul, tiro libre, no hay tarjeta, y ahora es Mario Salas, al borde de la cancha, el que le echa leña al fuego: “¡Manuel! ¡Manuel! ¡Una, dos tres, cuatro, y sigue sin amarilla!”. Manuel es Manuel Vergara, el cuarto árbitro, que lo escucha pacientemente, pero no reacciona. Tampoco es que pueda hacer mucho.
Minuto 79: falta clara de Vilches a Doffo, por detrás. Valdivia reclama que no hubo nada. Afuera, desgreñado de tanto agarrarse la cabeza, Salas reclama: “¡Manuel! ¡No puede ser que se demore dos minutos!”. El tiempo, pícaro, se ha estirado también en la mente del entrenador: entre el foul a Doffo y tenerlo otra vez de pie han pasado sólo 17 segundos.
El caso es que Colo Colo sigue perdiendo y el “Mago” es poca ayuda porque no llevó la galera ni conejos ni nada a Rancagua. Su equipo choca impunemente contra la defensa celeste y no tira al arco ni por si acaso.
Minuto 81: caballazo de Doffo a Valdivia, lo aguanta, pero luego Fernández se le va encima con las dos piernas y hay dolor valdiviano. Cobra el colegiado, pero no le saca tarjeta a Don Ramón, que es el 10 de los otros y está haciendo la pega completa.
A los 83' Sepúlveda le pincha un balón a Valdivia, que ya da muestras evidentes de hastío, y hay contragolpe de Doffo. Bufa Jorge.
Y sería todo porque no volvería a entrar en juego hasta el minuto 88, cuando Alarcón, pulcro, le quita el balón (lo del “cóbrame una c… de tu madre” es rigurosamente falso) con elegancia.
El “Mago”, ya podrido, se da vuelta y comienza a caminar hacia su arco. Apenas gira la cabeza para insultar a Hermosilla. Lo hace sin aspavientos, con calma. Luego viene el descontrol.
¿Qué fue lo que le sacó los choros del canasto a Jorge Valdivia?
Que un cabro de 20 años, Tomás Alarcón, lo borró en El Teniente. Eso fue todo.