Uno de los cinco estrenos nacionales del duodécimo Famfest (y una de las dos ofertas de su programación a las que se les asignó ocho funciones atendiendo, suponemos, a su interés y calidad), “Ensoñar, viaje al centro del ser” es, además, la única obra en la categoría de circo-teatro o circo contemporáneo. Pero la propuesta, la segunda del colectivo Aborigen Circo —que debutó en Famfest hace un lustro con “El despertar del guerrero” (anunciada además como parte de una trilogía)— da la clara impresión de un fiasco. Un desastre artístico financiado por un Fondart Regional que, a causa de su nivel amateur, mejor no se hubiera dado pues le baja el perfil al festival y al espacio cultural que lo acoge.
Tras apagar el despertador que lo despierta para ir al trabajo, un joven dormilón sueña diversas visiones que pretenden ser oníricas o poéticas. Esa es la excusa, resuelta en un video que se proyecta cinco veces, para ligar una serie de destrezas de malabares, trapecio y acrobacia vistas hasta el cansancio, y ejecutadas sin brío. No estamos comparando con el Cirque du Soleil, sino con lo que cualquiera se topa en algún semáforo.
Sabemos que el grupo tuvo problemas para acoplar lo ensayado a la carpa de circo cuando esta se le entregó. Pero ello no justifica los frecuentes errores y baches de la entrega. Tampoco la completa impericia y falta de oficio de la puesta en escena, con sus ideas teatrales pueriles, hasta feas. Estamos pensando en la larga secuencia, que no es circense, con todos los ejecutantes enmascarados con unas caretas horribles. El movimiento escénico luce desordenado y las veces que se incorpora el recurso danza, revela un entrenamiento incipiente. A estos jóvenes les falta mucho camino por recorrer antes de presentar un espectáculo con entrada pagada. Quienes sí parecen saber lo que hacen son los cuatro miembros de la banda que acompaña las evoluciones, con la objeción de que la música que generan suena casi siempre desconectada de lo que se desarrolla en escena.
Más vale olvidar la segunda parte del título, y que en el comunicado de prensa Juan Pastor Palacios, cabeza del grupo, invoca a Ariane Mnouchkine, ilustre directora del Theatre du Soleil que nos visitó, como mentora de su formación. La responsabilidad de este penoso bochorno debe ser compartida con quienes lo programaron y le dieron su visto bueno.
Matucana 100. Jueves a domingo a las 18:30 horas. Hasta el 28 de julio