Esta secuela-epílogo de “Avengers: endgame”, claro, es una película de Spiderman, pero es tanto una cosa como la otra: en general, da continuidad lógica al último hito de los héroes cocreados por Stan Lee y a la vez es un traje hecho a la medida del talento y registro de Tom Holland como este Peter Parker sensible y aún dolido por la ausencia de su mentor Tony Stark. De hecho, es un agrado narrativo que ese duelo sea parte de su leitmotiv y que sus pulsiones adolescentes, como querer declararse a su amor imposible, sean parte de un menú juvenil más que estándar. La vara la sube además la presencia de un camaleónico Jake Gyllenhaal. Película que adopta la forma de una muñeca rusa, capa tras capa que esconden sorpresas, esta aventura tiene unos hermosos juegos visuales que reproducen con maestría un par de secuencias sobre engaños mentales. Historia ambientada en una Europa turística, trata sobre las ilusiones, lo fácil que es autoengañarse y lo duro que es reponerse a un dolor y pérdida. “Spider-Man: lejos de casa” es buena-buena y es el indicador de que la vida con mallas y/o capas sigue fuerte y sana en el universo Marvel. Larga vida a Spiderman.
“Spider-Man: far from home”. Aventura. 2019. EE.UU. 129 minutos. T.E.