En ningún libro como en
Universidad para asesinos Petros Márkaris había imaginado una trama tan lejana en sus temas a las anteriores que ha publicado y también tan original en cuanto a lo que habitualmente los novelistas del género detectivesco publican. Y en ninguna otra su héroe, el comisario Kostas Jaritos, había enfrentado una investigación tan compleja en el sentido de que entran y salen de la historia prácticamente todas las clases sociales de Grecia, así como las más variopintas profesiones u oficios, sin contar con aquellos y aquellas que carecen de toda ocupación conocida y que se suman a las muchedumbres de cesantes que infestan la capital helénica. Y nunca como antes Jaritos carga con tan inmensa responsabilidad al hacerse cargo del Departamento de Homicidios, ya que el director Guikas se jubila y él se ve, por primera vez, en calidad de jefe que dirige a una legión de subordinados, convirtiéndose en el foco de atención de los medios. Por último, Jaritos tendrá que tratar con altas autoridades, que llegan al mismísimo ministro del Interior. Nuestro amigo no es un carrerista, pero no puede encogerse de hombros ante la posibilidad de obtener la máxima posición de autoridad dentro de la jerarquía encargada de la seguridad pública, pues ello al fin le proporcionaría la estabilidad económica que siempre ha anhelado.
Así, la resolución de los casos que van surgiendo en
Universidad…, más que llevar a los asesinos frente a la justicia, será también la única oportunidad que haya tenido Jaritos de ascender hasta dónde lo merece desde hace tiempo, pues se le ha postergado o descalificado siempre que ha dirigido una operación. A diferencia de otras ficciones de Márkaris,
Universidad… comienza en un contexto completamente idílico. Jaritos y su esposa, Adrianí, se encuentran de vacaciones en el Epiro, región montañosa de la cual ambos son oriundos. Ahí se hacen amigos de un trío de mujeres, Kaliopi, Arguiró y Tasía, las dos primeras solteronas jubiladas y la última una viuda madura cuyo hijo se halla estudiando en el extranjero y es la más encantada de las tres Gracias al conocer al famoso azote de los delincuentes. En realidad un tercio del volumen está dedicado a las aventuras turísticas del matrimonio Jaritos, por lo que cualquier aficionado a estas narraciones se impacientará al pensar que estamos siguiendo una obra pastoral en lugar de una intriga de acción.
Por supuesto, los crímenes empiezan a aparecer. La primera víctima es Kléarjos Rapsanis, un eminente catedrático de jurisprudencia asesinado mediante una torta preparada con cianuro. Los hechores saben que Rapsanis posee un apetito voraz, sobre todo por los dulces. La persona que sigue a Rapsanis es Aristóteles Arjontidis, brillante especialista en filosofía, a quien no se le conocen mayores defectos y cuyo cuerpo es hallado con la cabeza destrozada y una herida a cuchillo que le llega al corazón. Y la última es Stellos Kostópulos, sobresaliente experto en ciencias económicas, el cual es puesto fuera de combate mediante una inyección de cianuro. Lo que todos tienen en común es que, mientras se desempeñan en lucrativos puestos en sus respectivas universidades, han optado por hacerse miembros del partido en el poder, de modo que son nombrados secretarios de Estado, ganando sueldos astronómicos, sin que hayan dejado de percibir remuneraciones por concepto de su trabajo pedagógico. Una misteriosa organización, que entrega sus comunicados por medio de Facebook, asume la autoría en estos ilícitos, pone al descubierto los escandalosos negociados entre la clase política y los centros de educación superior y cita a insignes nombres del pasado, o sea, a abnegados maestros que sintieron real vocación por la enseñanza y mantuvieron ejemplares relaciones con sus educandos. Jaritos y su equipo manejan todas las teorías acerca de esta asociación, que van desde calificarla como grupúsculo terrorista hasta describirla cual cofradía de desquiciados mentales.
Con todo, y esto es lo más interesante y perturbador de
Universidad…, estos sangrientos sucesos son el pretexto para que Márkaris o su portavoz Jaritos indaguen en la profunda corrupción que ha asolado a un determinado sector de su patria, más grave aún que los conocidos contubernios efectuados por empresarios y dirigentes: se trata, nada más ni nada menos, que de la insondable y oscura crisis que afecta a la enseñanza en la cuna de nuestra civilización. Jaritos nada sabe de todo esto y jamás se ha movido en los medios académicos, por lo que tras incontables traspiés, deberá conocer un mundo caracterizado por el arribismo extremo, las becas lujosas para viajar al exterior, los currículos con antecedentes falsos, el forzoso exilio de jóvenes talentosos debido al desastroso estado de los establecimientos públicos, en fin, un ambiente podrido como pocos. O bien la otra cara de la moneda, encarnada en trabajadores esforzados o notables decanos, junto a muchachos y muchachas idealistas, que por ningún motivo abandonarán su nación en estos dramáticos momentos por los que pasa. Y aquí entran a tallar una vasta legión de personajes, que representan todos los ámbitos imaginables relacionados con ese universo, lo que otorga características de comedia a algo que podría más bien constituir una tragedia. De este modo,
Universidad… aparte de ser un buen
thriller, exhibe la catástrofe griega como únicamente Márkaris puede hacerlo.