Señor Director:

Estamos perplejos. El jueves recién pasado, durante la movilización del gremio docente en Santiago y Concepción, un grupo de profesores comenzó a gritar “el que no salta es judío”, lo que se masificó entre los asistentes, quienes, entre bailes y risas, continuaban vociferando una de las frases más antisemitas escuchadas en el último tiempo en nuestro país. Esto no sucedió en un grupo aislado de docentes, pues a medida que la marcha avanzaba, se continuaba escuchando el nefasto cántico. Incluso algunos agregaban “quemen a los judíos”, gravísimos epítetos que también se repitieron en Concepción.

Podemos entender que, en el fervor de una movilización altamente política, las palabras puedan exacerbarse, pero nada justifica el enarbolar el antisemitismo, la incitación al odio sin ningún tipo de justificación, y la consecuente fragmentación que esto genera en la sociedad. Más grave aún es que esto no haya sucedido solo en Santiago, sino también en Concepción, dejando ver una eventual coordinación. Y para agravar aún más la situación, el antisemitismo viene de profesores, quienes tienen la inmensa responsabilidad de educar a los niños y jóvenes de nuestro país.

Estos hechos corroen nuestra democracia, fracturan a la sociedad y estigmatizan a los judíos. Es impresentable que, en la exigencia de demandas, se vociferen frases antisemitas, que están lejos de lo que queremos todos de nuestra educación; que tenga la capacidad de crear una sociedad formada en los valores del respeto y el enriquecimiento de la diversidad.

Hacemos un llamado urgente a las autoridades y sociedad toda a la pronta promulgación de la ley que condena la incitación a la violencia, que hoy descansa en el Parlamento. Debemos ser enfáticos en condenar a quienes buscan dividir, estigmatizar y fraccionar a la sociedad por medio del odio y la discriminación.

Gerardo Gorodischer
Presidente
Comunidad Judía de Chile