A raíz de la eliminación del ramo de Historia como asignatura obligatoria en tercero y cuarto medio, se ha abierto un amplio debate sobre la pertinencia de esta decisión. Más allá del proceso administrativo de toma de decisiones y el marco legal que lo ampara, soy de aquellos que entienden que esta decisión es un grave error, así como desde otra perspectiva, también constituye un error la eliminación de Educación Física en esos mismos niveles educacionales.
Tengo conflicto de interés en esta materia porque soy profesor de Historia, titulado en la Universidad de Chile, y he ejercido la docencia en este campo ininterrumpidamente durante los últimos 40 años, incluyendo en estos cuando fui subsecretario y ministro.
Las razones de este error son múltiples y diversos columnistas las han señalado, pero cuando enfrento por primera vez a mis alumnos y alumnas, siempre reitero la siguiente analogía: cuando usted tiene un problema personal en el presente, de mayor o menor complejidad, asiste a un especialista, quien en la primera sesión, para entender y comprender su problema presente, le preguntará “cuéntame tu historia”. Lo mismo ocurre respecto de los problemas vigentes, la situación presente, en las instituciones y en la sociedad.
A modo de ejemplo, instalaré dos preguntas presentes y pasadas cuyas respuestas están en la historia.
¿Por qué la derecha post-90 es más fuerte política, social, cultural y económicamente que antes del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973?
R: En la última elección parlamentaria previa al golpe, en marzo de 1973, la derecha obtuvo, incluyendo al Partido Nacional y la Democracia Radical —referentes de derecha en ese escenario—, un 22% de los votos, aproximadamente. En la primera elección parlamentaria post-Pinochet, la derecha representada en esta nueva fase por la UDI y Renovación Nacional, y sumando a los independientes proclives a ella, alcanzó aproximadamente un 37% de los votos. Las comparaciones se hacen en función de la elección de diputados en ambos períodos. Sin duda que la primera razón de este potenciamiento fue la dictadura cívico-militar de derecha que prohibió, censuró y persiguió a toda organización política no afín al pensamiento de derecha.
Asimismo, su potenciamiento cultural, social y económico derivó del monopolio de la circulación de las ideas y propuestas, tanto en su vertiente política, ideológica y económica. Aún más, muchos de los liderazgos políticos de la derecha post-Pinochet tienen su origen en la participación de estos en la estructura del poder durante la dictadura. A manera de ejemplo: la UDI “popular” nace en los municipios cuyos alcaldes o alcaldesas fueron designados por Pinochet.
La “inserción popular” de la UDI además fue reforzada por la verdadera “escuela de cuadros” en que se constituyeron la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica y el movimiento gremial, única federación estudiantil y movimiento que no fueron prohibidos durante la dictadura. Estos ejemplos podrían multiplicarse por decenas con otros liderazgos pasados y presentes tanto en la UDI como en Renovación Nacional.
La mayor parte de la dirigencia política y parlamentaria de la derecha post-90 también surgió de liderazgos, más allá de la municipalidades, que se insertaron en sociedad a partir de las estructuras de poder de la dictadura.
Es así como intendentes, gobernadores, seremis, embajadores, empresas del Estado y otras múltiples funciones del poder fueron monopolizados por los futuros dirigentes de la derecha política chilena. Constituyen excepciones muy destacadas aquellos liderazgos post- Pinochet que no ocuparon cargo alguno en la dictadura. Asimismo, el sistema electoral binominal permitió que una minoría sólida, más del 33%, pudiera ocupar una de las dos bancas que se elegían para el Congreso. El clientelismo y el asistencialismo derivados de una conducción municipal sin contrapeso institucional alguno permitieron claramente la emergencia y consolidación de estos liderazgos. En consecuencia, no se podría entender el poder electoral de la derecha en el presente sin conocer el proceso histórico en el cual este se originó.
¿Por qué la Iglesia Católica chilena derivó en los años 60 y 70 del siglo pasado desde una alianza con el mundo conservador de derecha a un apoyo a una fuerza de centro progresista como lo fue en ese período histórico la Democracia Cristiana?
R: No se puede entender ese cambio de la Iglesia sin conocer las resoluciones del Concilio Vaticano Segundo del primer lustro de los años 60, así como la Conferencia Episcopal de Medellín en 1968. Los cambios derivados del Concilio y aterrizados para América Latina en Medellín explican esta nueva orientación de la Iglesia Católica chilena en su mayor parte. El hecho de que en Medellín se haya dicho que América Latina, Chile incluido, vivía en “pecado social” por su pobreza, desigualdad y estructuras injustas para la mayoría provocó el cambio.
El surgimiento de los curas obreros que se trasladaron de barrios acomodados a vivir en las poblaciones; la experiencia de los “machucas” en el colegio Saint George's y la entrega de tierras a los campesinos que laboraban en haciendas y fundos de propiedad de la Iglesia son expresiones del cambio señalado. El comportamiento de la inmensa mayoría de la Iglesia Católica de Chile en la defensa de los derechos humanos durante la dictadura cívico-militar de derecha es otra expresión de ese cambio originado en Roma, en Medellín y en Santiago.
He colocado solo dos ejemplos, pero son innumerables las situaciones positivas o negativas del presente que solo se explican si uno conoce la historia que los originó.