Lo primero es explicar de manera clara, pedagógica y a nivel nacional, con la intervención de un
pool de instituciones, el profundo daño material, social y también espiritual que ocasiona el fenómeno de la delincuencia.
Y junto a su significado presente e histórico, conocer el porqué existe, cuál es su origen, causas y motivos, y el contexto donde brota, crece y se reproduce un fenómeno cuyas características son cambiantes y mutantes.
Con este fin y con el propósito de coadyuvar a cumplir el objetivo central, sin olvidar los laterales, se requiere el concurso de universidades y fundaciones que mediante seminarios, cursos y mesas redondas estudien sus múltiples derivaciones y muy especialmente la segunda derivada.
El trabajo anterior debe ser inclaudicable, incansable y nunca olvidar que el norte es la eficiencia, es decir: hechos y no palabras.
Afortunadamente no estamos solos en el combate y no partimos de cero, porque existe un enorme bagaje de experiencias internacionales y contamos con modelos ya testeados y revisados.
Para combatir la delincuencia, por lo tanto, debemos crear distintos tipos de unidades, todas ágiles y eficientes. A saber:
Unidad de Análisis.
Unidad de Prevención.
Unidad Coordinadora.
Unidad de Información.
Unidad Revisora de Mochilas, Carteras y Bolsos.
Unidad Operativa.
Unidad de Control.
Unidad de Intervención Temprana.
Unidad de Inteligencia.
Unidad de Modelo Anticipativo.
Unidad de Protección Vecinal.
Unidad Coordinadora de Unidades (no confundir con Unidad Coordinadora).
Unidad de Control Operativo (no confundir con Unidad Operativa ni con Unidad de Control).
Cada unidad debe focalizar su ámbito de manera precisa, pero al mismo tiempo flexible, y siempre de acuerdo a un plan estratégico amplio con enfoque global, por lo que es necesario crear una segunda batería de unidades interactivas:
Unidad Estratégica.
Unidad Logística.
Unidad General.
Cada unidad accionará con rigor técnico, protocolos claros, abriendo múltiples canales de información con la comunidad, para la rápida y efectiva detección y ubicación de los nodos críticos.
El mejoramiento de los procesos operativos e institucionales es imprescindible, por lo que constantemente se estarán validando y perfeccionando los procedimientos de las distintas unidades.
Lo mismo con la readecuación de métodos, también de carácter permanente, al igual que la evaluación de contexto y la “operacionalización” (*) de las estrategias.
Señalemos, ya para finalizar, que las unidades estarán conectadas sólidamente como si fueran eslabones a una cadena y de esta manera cualquier reacción ante la delincuencia que sea detectada, descubierta o manifiesta, será una reacción en cadena.
(*) El término “operacionalización” no existe en el idioma español, pero tuvimos que inventarlo porque no encontramos palabras para explicar todo lo que hacemos para combatir la delincuencia.