“Pacto de sangre” dejó en claro que Canal 13 quiere romper con algunos paradigmas de las teleseries, al menos en el horario de las 22:30. La clásica polarización entre buenos y malos, por ejemplo, quedó atrás en la historia de los cuatro amigos que escondieron la muerte de una escolar y que fueron mostrando sus matices y perversidades en cada capítulo. El último, sorpresivo sin duda, instalando al adolescente que clamó justicia durante toda la historia (Ignacio, el actor Rodrigo Walker) como el asesino del padre y heredero de la psicopatía y el sadismo familiar.
Con la nueva nocturna “Río Oscuro”, los realizadores quisieron ir más allá mostrando una historia que provoca y confunde, pero que también corre un tremendo riesgo. La extraña desaparición de Manuel (José Antonio Raffo) es la puerta de entrada al universo que propone el guionista Víctor Carrasco y que sugiere una inspiración en series como “Twin Peaks” —acá el pueblo perdido se llama Río Oscuro— y “Lost” porque en este lugar, tal como en la isla de la serie creada por J.J. Abrams, pareciera existir una dimensión paralela con muertos que se aparecen y un laboratorio subterráneo que escondería un gran secreto.
Pero el problema de fondo radica en la dificultad de empatizar con los personajes. En “Pacto de sangre” los protagonistas, a excepción de Benjamín (Álvaro Espinoza), quien fue un niño abusado por el padre, se convirtieron en asesinos por accidente y en su lucha por cuidar sus propios pellejos cayeron cada vez más bajo. En “Río oscuro”, en cambio, hay una madre interpretada por Amparo Noguera (Clara) que llega al pueblo supuestamente a hacer justicia por la desaparición del hijo, pero que vive con culpas por dejarlo solo y dependiente de fármacos para sobrevivir.
Clara, además, tiene una aún no explicada cercanía con Juan (Julio Milostich), el jefe administrativo del pueblo, lo que hasta ahora impide verla como la madre justiciera que presume. Juan, en tanto, es el líder de la comunidad que mantiene una dinámica de secta donde el iluminado maltrata a los hombres y tiene actitudes lascivas con las mujeres. Él solo se muestra vulnerable frente a su aparente madre, Concepción, una misteriosa y excesivamente teatral Claudia di Girolamo.
Rosario (Mariana di Girolamo) y Alberto (Gabriel Cañas) completan el cuadro de los protagonistas y se perfilan como la pareja que debiera continuar con la misteriosa secta de Río Oscuro. Ambos formaban un trío amorosos con el desaparecido Manuel y hoy dan pistas de no sentirse muy cómodos entre los misterios y excesos que abundan en el pueblo.
La lista de personajes y microhistorias en la producción dirigida por Cristián Mason es más extensa y promete ir develándose en los capítulos venideros. Hasta ahora el relato es poco claro, pero en Canal 13 señalan que así es la nueva dinámica de sus nocturnas, que estas tienen estructuras dramáticas de serie y que intentan atraer también al público joven que busca alternativas en Netflix y otras plataformas. Un paso audaz aunque seguro la señal deberá pagar con puntos de rating ya que no será fácil acostumbrar a la dueña de casa —público mayoritario del horario— a ver este nuevo estilo de producciones en la TV abierta.