Cuando los equipos chilenos conocieron a sus rivales en la Copa Sudamericana, opinaron con sabiduría: difíciles y por algo llegaron hasta acá, pero abordables, reconociendo que Atlético Mineiro eran el menos abordable.
Fueron tres derrotas y un triunfo. Nada inusual y según el promedio y estadísticas de los últimos años, así que no hay que rasgar camisetas, ni morder pólvora ni quemarse los ojos.
Los equipos nacionales, de un tiempo a esta parte, con dificultad sortean los obstáculos y por lo general desaparecen en los primeros mano a mano, por lo tanto no hay novedad en el frente Sudamericano. Lo que hay es la realidad y es pesada.
A cada uno de los equipos, eso sí, los queremos igual, eso no cambia ni cambiará, pero la verdad por delante: escuadras mediocres que pasan del fútbol en serio al fútbol que es un chiste. Irregulares, inexactos y poco confiables.
Cuentan que la gente de Palestino, cuando supo que el rival a batir era Zulia Fútbol Club de Venezuela, se alegró. Dicen otra cosa: los únicos que se alegraron todavía más que los de Palestino fueron los de Zulia. En el fútbol las mejores cuentas son las previas y las que se echan antes que el partido se juegue y en ese momento, claro, vuelan los prejuicios, ganas, sueños y deseos. Después los hechos son los conocidos: Zulia 2 y Palestino 1, con una llave que se mantiene abierta.
En La Calera, cuando descubrieron al Atlético Mineiro, respiraron honda y profundamente, mientras deletreaban el antiguo dicho: el que quiere celeste que le cueste. Si Unión La Calera aspira a ser algo más necesita merecerlo y eso es cuesta arriba. Así de sacrificado es para los de provincia y no tiene porqué ser distinto en la Copa Sudamericana. Ganó Calera por 1 a 0 y la llave sigue celeste.
Unión Española no vio venir a Sporting Cristal, otro equipo abordable, y el entrenador Fernando Díaz, siempre malhumorado y de ceño fruncido, tampoco se dio cuenta que su equipo no jugaba como quería, sino como no quería: perdieron por 3 a 0 de local. A Diego Sánchez esos goles se los meten con el peso actual o con doce kilos más. El problema no es tan simple. Esa llave apenas gotea.
Universidad Católica en Ecuador fue un equipo
walking dead, fantasmas desconectados, jugadores torpes y un equipo no solo largo, a juicio del comentarista del CDF, sino uno francamente malo. No en el pasado y tampoco en el futuro, pero contra Independiente del Valle fue increíblemente malo y por eso el 5 a 0 de visita con Matías Dituro como figura salvadora, porque pudo ser atroz.
El próximo rival para el triunfador de esa llave es Liverpool de Uruguay o Caracas de Venezuela. Otros dos equipos abordables.