Claudio Bravo y Johnny Herrera.
Bravo no jugó el último partido del Manchester City, que ganó al Watford 6-0 y que le significó al cuadro de Pep Guardiola lograr su tercer título de la temporada, la Copa FA, tras haberse coronado también en la Liga Premier y en la Copa de la Liga.
Herrera no jugó el último encuentro de la U, que empató con Colo Colo en el que ha sido el mejor partido de los azules bajo las dirección de Alfredo Arias.
Bravo ha sido titular del seleccionado durante el más brillante período internacional del fútbol chileno. Herrera ha sido el suplente de Bravo en el mismo ciclo. Ninguno jugó en la última fecha de su club. Los dos querían jugar. Pero no jugaron ni estuvieron en la banca, en Wembley y en Ñuñoa.
Lo de Claudio Bravo se explica en parte por su lesión sufrida en agosto pasado (tendón de Aquiles, pierna izquierda). Se recuperó hace muy poco y volvió a las prácticas recién en marzo. Naturalmente, recibe con agrado la posibilidad de volver a la selección. Lo ha dicho en todo momento y una nominación suya también agrada al público.
No sorprendió, por lo tanto, que se diera por superado cualquier impedimento luego de su reunión con Reinaldo Rueda en Inglaterra, a fines del mes pasado. El colombiano, en todo caso, se instaló en la cautela ante los medios y se limitó a confirmar la reunión. Algunos apuraron el entusiasmo y dieron a Bravo por citado a la siguiente convocatoria para la Copa América. Pero Bravo no apareció en la “prenómina” que hemos conocido.
¿Llegará a la Copa América el mejor arquero histórico de Chile? ¿O el puesto será definitivamente de Gabriel Arias, al que insultan en Argentina por defender a Chile?
Johnny Herrera quería jugar ante Colo Colo. El golero de la U siempre quiere jugar. No en vano es el arquero de mayor permanencia y de más títulos en Universidad de Chile. Y el de más conflictos. Se supone que es este hecho, su conflictividad, lo que lo sacó de la nómina de los últimos dos partidos de su equipo.
Pero vale preguntarse si él es o no disociador. Aparentemente no, pues aparece como aglutinador del plantel. De hecho, aún sin estar citado llegó al estadio, fue al vestuario y animó a sus compañeros. Pero, junto con eso, quiso presenciar el partido detrás del arco de Fernando de Paul, lo cual generaba una dificultad para su club, pues fue obligado a dejar esa posición (la misma que ocupó en el partido anterior, sin ser advertido).
Ese fue un gesto, a no dudarlo, de una necesidad sicológica de ser protagonista. La misma que lo ha llevado al conflicto permanente con las demás áreas del fútbol. Dirigentes, árbitros, funcionarios, rivales y otros personajes han sido blanco de sus críticas airadas. Su violencia verbal fue un clásico de los “calentamientos” de partidos, ayudando a producir un clima de violencia física.
Se dice en más de una red social que la no convocatoria de Bravo al seleccionado se debe a que “la nómina la hizo Vidal”. También hay dudas en el caso de Herrera: “¿lo sacó el directorio?”, se preguntan. Un misterio a dos bandas.