Felipe Avello tiene gracia y talento de sobra para estar al frente de un programa de humor. TVN lo aprovecha para aggiornar este clásico programa de repetición de las rutinas de humor de los festivales de verano, que se está exhibiendo todos los sábados a las 22:30 horas. El comediante se reúne con cada uno de los cómicos cuya rutina festivalera es revisada en cada capítulo a través de segmentos entre los que se va intercalando la conversación entre ambos: cómo vivió esa presentación, cuáles fueron los momentos más tensos,o preguntas sobre alguna vivencia aludida en un chiste. Pero “Detrás de las risas” podría haber sido mucho más que eso.
El propio Avello había anunciado que en este programa habría “momentos” y “revelaciones tristes” y que se trataba de entrevistas en profundidad. Pero nada de eso ha ocurrido en los tres capítulos exhibidos hasta ahora. Tanto el episodio dedicado a Belén Mora como el de Chiqui Aguayo estuvieron muy basados en sus respectivas presentaciones en el último Festival de Olmué, sobre las cuales giró la conversación con el conductor.
El primer capítulo, al menos, tuvo una estructura novedosa, ya que Avello se entrevistó a sí mismo. Fue muy gracioso verlo parodiando a un periodista —carrera que estudió en la Universidad del Desarrollo de Concepción— y tratando de ser incisivo consigo mismo. También “hablaron” sobre su rutina en el reciente Festival de Viña; por ejemplo, de cuando sacó a bailar al escenario a cinco personas del público. “¿Les pagaste?”, preguntaba el Avello periodista. “Noooo, cómo se te ocurre”, respondía el Avello comediante.
Pero ese capítulo no se apoyó solo en ese show festivalero sino que también abordó otros pasajes de su vida. Incluso, hubo videos en que aparecía su mamá contando situaciones de su infancia y adolescencia; y otros de compañeros de estudio, como la conductora del noticiario central de TVN Carolina Escobar, quien contó cómo era el comediante en sus tiempos de universitario. Y hasta apareció hablando quien fuera su profesor entonces, el hoy alcalde Joaquín Lavín.
Ese primer episodio, lejos el más revelador y divertido, es el que obtuvo la mejor audiencia, 5,6 puntos de promedio. El segundo, con Belén Mora como entrevistada, promedió 4,5 puntos, y el de Chiqui Aguayo, 4,3. En estos dos últimos no hubo videos con personas cercanas a ellas, pero la conversación era interrumpida por gags de Avello junto a Danilo Carrasco, el “asistente” de sus espectáculos. También se agregaron textos en la parte baja de la pantalla que entregaban datos que no siempre tenían pertinencia. Por ejemplo, si en su rutina Belén Mora habló del consumo de internet de su hijo, en la pantalla apareció un texto con el dato de que las primeras pruebas de internet en Chile fueron en 1986; al hacer un chiste con el contenido de su cartera, el texto señalaba que el peso de la cartera no debía superar el 5% del peso de la persona.
“Detrás de las risas” intenta ser un programa dinámico con conversaciones muy interrumpidas en las que Avello despliega su humor. Al hacer entrevistas se mantiene en su personaje y puede llegar a ser muy divertido; pero quizás por eso no busca profundizar en las emociones de sus interlocutores. Y el programa se queda solo en las risas.