Rompiendo todas las convenciones, la viña Odfjell lanzó un entretenido desafío: probar una botella de vino y mantenerla todos los días durante una semana. ¿Resultado? Ningún experto ni consumidor se ha quejado. Un desafío internacional que ha tenido mucho éxito porque, como señala su enólogo, “durante la crianza no somos oxigenófobos. No protegemos el vino con nitrógeno u otro gas inerte. Dejamos que el oxígeno actúe sobre el vino, ya sea en la barrica o cuando le hacemos movimientos”.
El #desafíoodfjell está en Instragram, con sus vinos Armador, Orzada y Aliara, y se puede seguir con el
hashtag (#). Hay que hacer la prueba: una botella abierta, guardarla en el refrigerador con un corcho o un tapón, e ir probándola todos los días. ¡Entretenido y para aprender más!
Un lugar al que hay que ir en Santiago es a las galerías que rodean la Plaza de Armas. Totalmente remodeladas, quedaron espectaculares y no tienen nada que envidiarle a cualquier capital europea. Allí se ubican desde los tradicionales locales de
hot dogs hasta restoranes más formales como el Comedor Central, cocina chilena a cargo del chef Cristián Correa, con lleno total.
Hay también un café totalmente neoyorquino, con estaciones para trabajar y unos helados deliciosos. El café, con baristas, es otro atractivo. Lo mejor es pasear con calma, mirar los locales y las mesitas dispuestas hacia la plaza.
Y un local de los más antiguos del lugar es el Nuria, pura tradición, con mucho público, heterogéneo total, en el que no falta la gente sola que viene a disfrutar su platito de toda la vida. Aquí hay que comer cazuela: enorme y generosa, se puede “operar” con toda calma sin que nadie mire mal. Y su ensalada surtida es el
must de la casa. El servicio es rápido. No tiene ningún refinamiento, pero es un paseo imperdible al Santiago de siempre, ese más tranquilo, sencillo y familiar.
NuriaDirección: Portal Fernández Concha 964.
Precio por pareja: $22.000.
Abierto de lunes a domingo hasta las 22:00 hrs.