Este programa ocupa el horario estelar de TV+ y ha sido definido como la versión televisiva de “El chacotero sentimental”. Tiene un panel de animadores cercano y empático, y auditores que llaman para contar sus intimidades. Sin embargo, el hecho de ser exhibido por un canal de televisión abierta no lo convierte necesariamente en la versión televisiva de un consultorio amoroso. ¿Por qué? Porque aquí no se despliegan los recursos de la televisión.
En “Cariño malo”, que TV+ exhibe de lunes a viernes entre las 22:00 y las 23:15 horas, hay un panel de conductores que se complementa muy bien. Bárbara Rebolledo es la voz de la sensatez y del sentido común; Cristina Tocco aporta ironía y coquetería inteligente, y Daniel “Palomo” Valenzuela hace gala de humor y sentido lúdico. Los vemos cada noche dialogando con los auditores que llaman por teléfono para contar sus historias. Pero no vemos mucho más.
Hay un fondo de colores rojo y rosado brillantes, y las palabras “Cariño malo” en celeste, y luces del mismo color, que se van moviendo durante la hora y 15 minutos de programa. Pero eso es todo. No hay más novedad visual que las frases que aparecen en la parte baja de la pantalla y que van resumiendo las historias. Por nombrar algunas: “Me metí con ocho compañeros de mi pareja”, “tuve mi primer orgasmo a los 35”, “soy amante de profesión”.
Un programa similar fue “Pasiones” —entre 2004 y 2008 en TVN—, que sí echó mano de recursos televisivos: se hacían recreaciones de las historias y había un panel de expertos que rotaba y se sumaba a la conversación. “Cariño malo”, en cambio, lo apuesta todo a la interacción entre sus conductores y quienes llaman por teléfono. Y no siempre los casos son interesantes. Los que llaman son hombres y mujeres, pero la mayoría de los casos deja entrever que ellas se llevan la peor parte y que el machismo campea en las relaciones.
Quizás, el hecho de que la televisión tiene un mayor alcance y más límites en sus contenidos lleva a que estas historias no sean ni la mitad de bizarras, morbosas e impactantes que las del espacio que conducía el Rumpy en radio Rock & Pop a fines de los 90 y que continúa ahora en radio Corazón. Pero algunos casos de “Cariño malo” provocan interés y reflejan temas candentes como el de los adultos mayores deseosos de vivir intensamente.
Pese a que su audiencia no es tan masiva —bordea 1 punto de rating, lo cual no es malo para un canal pequeño—, el programa logra una conexión entre los animadores y sus seguidores, que se manifiestan en las redes sociales. Pero su puesta en escena requiere urgente de una inyección de creatividad.