El nuevo espacio gastronómico ubicado en la esquina de Alonso de Córdova con Vespucio está resultando un éxito (el edificio tiene estacionamiento, un gran plus en estos atochados tiempos). Cuenta con una muy neoyorquina, enorme y taquillera barra que se encuentra —a espacio abierto— en el piso inferior y que está a cargo del restorán Lolita Jones.
Ubicado justo frente a él, el nuevo local está especializado en una cocina mexicana más refinada, pero conservando su esencia mestiza de sabores fuertes y colores vivos. Todo ello resalta en un espacio amplio y bonito, con mesas de madera oscura, canastos, morteros de piedra y la informalidad de los recipientes mexicanos.
Su carta es breve, precisa y concisa. Para comenzar, un guacamole “hecho en casa”, con tortillas crujientes de maíz. En un carrito, frente a la mesa, se va preparando el guacamole, según las preferencias de los comensales. Realmente bueno y en una cantidad generosa. Las croquetas de “carnitas” con mayo al chipotle estaban muy sabrosas, aunque el empanizado resultaba un poco grueso para el interior.
El centro son los tacos: de setas, de pulpo, pescado, carnitas y el tradicional al pastor. Todo preparado con toques novedosos que los hacen más ligeros y entretenidos. Entre los “antojitos” se probaron unas ostras que, pese a todos los pronósticos cuando se recibieron, estaban deliciosas. Eran japonesas, más pequeñas que las habituales, y estaban acompañadas de tres salsas muy mexicanas.
Lo mejor, casi de vicio y para volver, el
pork belly. Ese corte maravilloso que aquí sirven con papas olluco, cinta de dátiles y frutos secos, con pebre cuchareado. La carne, con su costra durita y la grasa blanca y casi dulce. Un poema. Para plato del año.
El postre, una textura de chocolates, estaba correcto, pero nada para emocionarse. Buen café. Precios bastante razonables y una apuesta diferente, entretenida y bien hecha. ¡Bienvenidos!
LOLITA JONESDirección: Alonso de Córdova 4355.
Reservas: 932189140.
Precio por pareja: $58.000.
Cerrado los domingos en la noche.