Andrés Chadwick, ministro del Interior (presidente designado de la FEUC 1979), y Cristián Larroulet, jefe de asesores de La Moneda (presidente designado de la FEUC 1975).
Cristián: Ni en la Universidad Central de Venezuela, ni en la Universidad Católica Andrés Bello y en ninguna casa de estudios existe autonomía universitaria.
Andrés: Soloarbitrariedad y abuso de autoridad.
Cristián: Maduro no quiere que haya pensamiento crítico. ¿Te imaginas ese nivel de intolerancia?
Andrés: No.
Cristián: En las universidades venezolanas existe miedo y soplonaje. ¿Sabes que persiguen a los estudiantes y profesores que piensan distinto? Los echan, así de simple.
Andrés: Nicolás Maduro es un cavernario.
Cristián: Y por eso interviene las instituciones y designa a dedo.
Andrés: Le teme a la democracia, a los jóvenes y a las elecciones libres.
Cristián: Una cosa nomás te digo: la dictadura de Maduro tiene los días contados.
Juan Antonio Coloma, senador (miembro del Consejo de Estado 1977-1989).
Juan Antonio: Je, je, je. Permítanme reírme. Un dictador como Maduro no acepta consejo alguno. Ha creado instituciones que son fachadas antidemocráticas con la finalidad de retardar o impedir la elección libre e informada del pueblo venezolano. Y la misión de los consejeros es manipular y deformar la Constitución a la medida y antojo del dictador Maduro. Me río, pero lloro al mismo tiempo.
Alberto Cardemil, seremi del Maule (subsecretario del Interior 1984-1988).
Alberto: Maduro acaba de reestructurar su gabinete. Ya cerró la Asamblea Nacional, o sea no hay Parlamento, y además controla el Poder Judicial. La guinda de la torta es lo de ahora: un gabinete dócil y obsecuente. Si eso no es una dictadura, no sé lo que es una dictadura.
Patricio Melero, diputado. Jorge Ulloa, intendente de la Región del Biobío. Víctor Pérez, senador. Claudio Alvarado, subsecretario general de la Presidencia. (Alcaldes designados en la década del 80, de Pudahuel, Lebu, Los Ángeles y Quemchi, respectivamente).
Patricio: Maduro quiere que todos los alcaldes lo reconozcan como Presidente de Venezuela. No acepta oposición alguna. Y si no lo hacen, los amenazó con mandarlos al ostracismo de la historia.
Jorge: ¿A dónde?
Víctor: Al ostracismo. Al destierro, al exilio.
Claudio: Es un dictador, ¿por qué se extrañan?
Patricio: Nunca me extrañará la pérdida de la democracia.
Jorge: Y yo nunca perderé la capacidad de asombro del demócrata.
Víctor: Qué tragedia para los ciudadanos de Carabobo, Táchira, Nueva Esparta, Mérida o Barinas.
Patricio: ¡Compañeros!
Jorge: Tampoco te pases.
Claudio: Prudencia.
Víctor: Lo primero es nuestro ADN democrático.
Patricio: Amigos míos, entonces, en Venezuela ya se siente ese antiguo clamor ciudadano. Esa dictadura va a caer.
Jorge: ¡Y va a caer y va a caer!
Todos: ¡Y va a caer y va a caer, y va a caer y va a caer!