El lanzamiento del primer
schnaps producido en Chile fue todo un suceso. El aguardiente, un destilado muy apreciado en el mundo, con un grado de alcohol cercano al 40%, es un antiquísimo brebaje que desde el medioevo preparaban los monjes en las regiones de Austria, Alemania, Alsacia, Suiza y Lorena.
El apetecido licor se prepara con frutas o hierbas, en un cuidadoso proceso, y su aspecto debe ser transparente y luminoso, como prueba de su buena calidad. Desde Austria, precisamente, una decidida y enérgica mujer, Ingrid Kohlhofer, casada con el dueño de un millón de amigos Osvaldo Puccio, decidió que su nuevo país, Chile, era el lugar adecuado para comenzar a elaborar
schnaps, según una antigua receta de Los Alpes.
Y en Navidad, frente a las ventosas costas de Matanzas, instaló un alambique y emprendió la gesta de lidiar con la obtención de permisos de todo tipo, pasando por tratar de entender la peculiar filosofía de los maestros chilenos, hasta perseguir y obtener las más de 12 variedades de escogidas frutas con las que elaboran el aguardiente. Y contra todo pronóstico, nació su destilería Gebrüder Lang.
El proceso de fermentado, destilado y guarda es totalmente artesanal, y su primera producción se logró tras tres años de arduo trabajo. Por eso había que celebrarlo y probar todos sus sabores, lo que realizó en su casa en Santiago, ante la presencia de un variado grupo de personalidades y amigos.
Allí dos expertos, Alfred Gusenbauer,
expremier austríaco, y Mariano Fernández, exembajador y canciller de Chile, hicieron la presentación y detallaron las cualidades de este licor. Acompañados por los deliciosos helados Saint Moritz y especialidades como el fuera de serie
sülze (una especie de queso de cabeza alemán), las variedades de
schnaps se disfrutaron.
Para quienes quieran probarlo: www.drinksschnapps.com, donde encontrarán todos los productos y precios de este refinado aguardiente que mezcla sabiamente la tradición austríaca con la naturaleza campestre de Matanzas. ¡Viva la globalización!