Hace 50 años -¡sí, 50!-, en
Butch Cassidy, Robert Redford encarnó a un encantador asaltante del Oeste, el Sundance Kid, especializado en robar bancos y trenes con su mentor y secuaz Butch (Paul Newman) y la banda conocida como "Hole-in-the-Wall". Cuatro años después la pareja Newman-Redford rodó otra historia de timadores,
El golpe, y arrasó con los Oscar de 1973.
Es difícil no remontarse a esos años de gloria viendo
Un ladrón con estilo. En la época de
Butch Cassidy, Redford tenía 33 años e iba en camino a convertirse en el mayor galán del mundo; resultaba claro que tomaría la posta de Paul Newman. Eran los tiempos de los antihéroes, la liberación sexual y la transgresión del orden conservador.
Todo eso suena hoy un poco
démodé, pero para Redford ha de significar tanto que ha escogido un eco de esa época, un asaltante cordial y contento, para lo que se ha anunciado como el fin de su carrera actoral, cuando ya cumple 82.
El elegido ha sido el veterano Forrest Tucker, que junto a dos camaradas de similar edad constituyen la banda que la policía llama "Over-the-Hill", especializada en el asalto a bancos. En la vida real, Tucker es una leyenda del delito: desde fines de los 30, cuando comenzó su carrera, escapó de unos 18 penales, incluidas las fortalezas de Alcatraz y San Quintín, y robó varios millones de dólares.
La película presenta a Tucker a comienzos de los años 80, cuando emprende una campaña de asaltos a través de cinco estados, alcanzando el récord de 93 bancos en dos años. Su contraparte es John Hunt (Casey Affleck), un detective de Dallas que comienza a unir coincidencias hasta dar con la identidad del asaltante, que se caracteriza por ser amable y caballeroso y, según una testigo, "se ve feliz". En la interpretación de esta película, en efecto, Tucker disfruta los robos y los considera su forma de vivir: con ellos se expande, vibra y respira, como un joven, como un niño.
Al director David Lowery no le falta empatía con todo esto; de seguro le sobra. Su Tucker carece de dobleces -el abandono de una familia, muchos años atrás, no pesa casi nada- y sus robos están filmados con ligereza, como si fueran actos de un humor astuto y crítico. Tiene un arma, pero no es violento y algún perito aventura que nunca la ha usado. Unos
flashbacks documentan sus fugas desde que tenía 15 años, desde luego sin violencia.
Es muy significativo que Redford haya elegido este papel para dejar su carrera. No ha preferido sus funciones de aventurero, investigador o seductor. Ha decidido ser el bandido-niño, el amable juguetón que solo envejece porque sus malditas células lo hacen. El niño eterno, qué tristeza.
The old man & the gunDirección: David Lowery.
Con: Robert Redford, Casey Affleck, Sissy Spacek, Danny Glover, Tom Waits, John David Washington. 92 minutos.