Los viudos de la era dorada de las teleseries de TVN podrán estar contentos con el estreno de esta producción. Sus actores protagonistas -Antonia Zegers y Felipe Braun- brillaron como figuras juveniles del canal estatal en esos años y, en el triángulo amoroso más maduro, tenemos al principal galán de esa época, Francisco Reyes, aquí acompañado por la pareja que brillaba en la competencia (Canal 13) de ese entonces: Carolina Arregui y Bastián Bodenhofer. A eso hay que agregar una banda sonora que incluye baladas italianas ochenteras y muchas escenas en exteriores, en este caso, en el Cajón del Maipo.
Pero quien busque innovación o un paso adelante en la forma de contar esta historia, podrá verse frustrado. En su primer capítulo, "Amar a morir" se reveló ayer como un melodrama clásico en su forma de relato, a pesar de que su primera escena rompió los esquemas del género: Caco Vidal (Felipe Braun), un poderoso empresario viudo, se enfrenta a un médico que le da un lapidario diagnóstico: tiene un avanzado cáncer gástrico y, con suerte, le queda un año de vida. Después de un notable ataque de rabia que termina entre lágrimas, el magnate rechaza la quimioterapia paliativa que le ofrece el galeno y decide un drástico cambio de vida. Deja sus negocios, se compra una food truck y parte con sus tres hijos y su padre (Francisco Reyes) a vivir al Cajón del Maipo.
Allí, aparte del paisaje -al cual esperamos se le saque más partido en los próximos capítulos-, se encontrará con otro grupo familiar que alberga todos los futuros romances que poblarán la historia. Está el matrimonio Palacios Castro, compuesto por Carolina Arregui y Bastián Bodenhofer, dueño de un bucólico restaurante y que está cumpliendo 40 años en pareja. Ellos tienen dos hijas, interpretadas por Antonia Zegers y María José Illanes, quienes a su vez están viviendo un triángulo amoroso con el marido de la primera (Ricardo Fernández). El abrupto encuentro entre ambas familias dio ayer pistas sobre otro triángulo, más antiguo, formado entre los Palacios Castro y el padre del protagonista (Francisco Reyes). Todos estos reencuentros se mostraron en el capítulo debut con lánguidas miradas de largos segundos entre sus protagonistas. Pero también hubo peleas a gritos, y hasta a manguerazos, entre las mujeres jóvenes de ambos clanes.
No es usual que uno de los tópicos principales de una teleserie sea una enfermedad terminal y, menos, que el protagonista esté desahuciado. Pero no es suficiente este argumento para mostrar una evolución del género ni para resucitar un área que, se sabe, tiene un incierto futuro dentro de Televisión Nacional. Habrá que esperar cómo se desenvuelve esta historia a la que, por ahora, le alcanza para satisfacer a los nostálgicos.
De todos modos, este primer capítulo de "Amar a morir" dejó a TVN en el segundo lugar de la audiencia en su horario, con un promedio de 7,7 puntos de rating y solo superado por Mega, que promedió 18,6 puntos en ese lapso.