Quizás en La Calera, no muy lejos de Santiago, hay un número puesto para la selección chilena: Marcelo Larrondo. Ese 9 tan buscado como esperado, ese centrodelantero con gol y que también hace jugar, por técnica y porque mira de espaldas y a lo mejor la gran esperanza blanca está a 100 kilómetros al norte y por la ruta 5. Así que no hay como perderse en ese viaje breve y económico, porque La Calera no está en el Viejo Mundo.
El tiempo pasa rápido y a doce semanas se divisa la Copa América.
Mucho antes la próxima convocatoria para la fecha FIFA de fines de marzo.
Reinaldo Rueda está busca que te busca desde que llegó, hace un año y dos meses.
A ver si encuentra al once antiguo del viejo espíritu ganador, con alguna hábil mano de gato y el resto es tragarse el orgullo, perdonar fallas y recrear el tejido grupal y futbolístico.
Los diarios y canales sostienen en sus espacios una sección de los chilenos en el extranjero y cada fin de semana esperamos con ansias lo que se aguarda: que Alexis recupere la memoria, que el rey Arturo no se desgaste con las quejas por las redes sociales, que Charles Aránguiz se ponga en situación y también que Claudio Bravo vuelva a los entrenamientos.
Rueda, después de un corto viaje por Argentina, vio a los chilenos de Racing, y Marcelo Díaz no jugó, pero su convocatoria parece indispensable para sanar malos entendidos y resquemores.
Lo mismo con Eduardo Vargas, que a lo mejor se cayó, pero muchos se han caído, y es parte de la naturaleza humana de los futbolistas y de medio mundo.
La próxima convocatoria del técnico será fundamental, porque no hay espacio para pruebas, revisiones, contemplaciones y análisis. Se supone que eso ya está hecho y por algo lleva un año y meses trabajando. El llamado de ahora, para la nueva fecha FIFA, debería ser el prediseño de lo que será la selección en la Copa América y luego en las clasificatorias.
Radier, metros cuadrados, orientación, quincho, garaje, número de dormitorios, baños y terraza. Puede ser un DFL 2 o un
penthouse , pero la cosa es que sea claro y nítido.
Siempre se dirá que no están todos los que son, ni son todos los que están, pero vamos aclarando la selección y colocando las cartas sobre la mesa: titulares, reservas y plantel.
La baraja histórica se resiste a morir y los viejos tercios, por cierto, no son fáciles de llevar ni de tragar, pero para eso está el entrenador Reinaldo Rueda y también para descubrir un par de comodines y otro par de buenos refuerzos.
En La Calera hay uno.
A partir de la próxima convocatoria se escribe la historia.
Ya llegó la hora de la verdad.