Robert Redford aseguró que "Un ladrón con estilo" ("The old man and the gun") sí que será su despedida del cine. Si es así, eligió con muy buen criterio el personaje y la historia, la más peculiar vuelta de tuerca al rendidor tema del asalto de bancos, mismo que podría llenar una videoteca con (buenos) títulos.

En Texas, julio 1981, las radios policiales dan cuenta de un "robo en curso". En un banco, Forrest Tucker (Redford) recibe un maletín, el suyo, que la cajera ha llenado con dinero. Sale de allí con la misma serenidad con que ha ingresado, se sube a su auto y emprende rumbo, mientras sintoniza la radio de la policía.

Ya en esta primera secuencia y su desenlace, sabemos que estamos ante una singular e indescriptible película. Más curioso es saber que está basada en un hecho real.

Tucker tiene un encanto natural, es auténticamente seductor y todo un caballero. Lo ha sido toda su vida y lo sigue siendo ahora, cuando se empina sobre los 70 años.

En sus andadas, conoce a Jewel (Sissy Spacek), una viuda que cuida una granja con caballos, con quien entabla una relación. Siempre en su estilo caballeroso y gentil. No quiere mentirle, pero ¿quién le cree a qué se dedica?

Porque tras el modo afable y sonriente de Forrest hay una vida entera entrando y saliendo de prisión (protagonizó 18 fugas) y en su currículum hay 93 robos en cinco estados. Ahora vive bien y parece estar en condiciones de "retirarse", aunque pocos días después, en Dallas, vuelve a las andadas.

Luego, junto a un par de viejos amigos (Danny Glover y Tom Waits) organiza una banda que apela más a postizos y pelucas que a revólveres. Todo muy old fashion .

Las acciones son tan insignificantes, que nada de esto aparece en la TV, para desesperación de John Hunt (Casey Affleck), un policía que por razones atendibles se obsesiona con un caso que no logra armar.

"Era un caballero". "Era muy educado". "Se lo veía feliz". Es lo único que consigue al interrogar a los asaltados.

David Lowery ("A ghost story"), director y guionista, arma una fábula exquisita y hasta levemente delirante de lo que podría ser una biopic convencional. O una película de carreras y persecuciones policiales. En lugar de ello pone el foco en estos seres atípicos, que en la tercera edad no parecen interesados en sentarse en el porche a mirar apaciblemente lo que pasa por delante.

El encantador y algo inescrutable Forrest no quiere hacerse rico ni está preocupado por su vejez. Lo suyo parece más bien una adicción.

Quien espere acción y balazos se decepcionará: esta es una fábula sobre una pasión irrefrenable con un protagonista que no se olvida.

(En Cartelera desde el jueves 7 de marzo).