El supuesto es que salieron de Santiago y va la familia clásica, barroca o lo que haya, a bordo del auto. Es la Ruta 5 y va alejándose de la capital hacia el sur o norte, da lo mismo. En ese momento alguien le habla: "¿Papá, ponemos Waze?", un hijo o hija. O "Huachito", "Gordito", "Amorcito", "Mijito" o "Monito", y uno de esos apodos con diminutivos que de tanto escucharlos han perdido su carácter despreciativo, pero eso es lo que son y por eso, claro, se lo pregunta: "¿Pongo Waze?".
No responda de inmediato, haga algo distinto: piense.
Le va a tomar unos minutos, pero no importa. No siga sus instintos masculinos, básicos y agresivos. Sumérjase en el pensamiento y no imagine las instrucciones de la española.
Va a Pucón y al sur, donde han ido desde hace décadas y muy previo a la doble vía, y debe aguantar que no confíen en su experiencia, olfato y e
xpertise, porque de eso se trata, y la española empezará a hablar. Y por eso Waze y no usted y su sabiduría al volante. Antiguamente, lo recuerda tan bien, nadie le competía, ni siquiera el mapa caminero desplegable.
O van a Los Vilos y por la única autopista que cruza el territorio largo y delgado, así que no hay escapatoria ni dónde perderse, pero igual quieren a Waze, porque confían en la aplicación y no en su conocimiento carretero de una vida entera: el camino al norte, las cuestas, las picadas y las bombas de bencina que también aparecen en otra aplicación, así que maneje y mire para adelante. En este caso, no piense.
Recuerde, eso sí, que estaba pensando y dentro de ese ejercicio mental, ahora decidió no pensar. Ese pensamiento dentro del pensamiento es un metapensamiento. Que el engranaje no lo supere. No se vaya a fundir y chocar por descuidado, pero si va a culpar a alguien, elija a Waze, porque eso está en el origen y todo empezó en la ciudad, ¿o no?
Cuando la española del artilugio le dijo que doblara a la izquierda y usted se preguntó que por qué y para qué la vuelta rara. No entiende a Waze y lo irrita la española mandona. ¿Cuál es la cuarta salida de la rotonda? Eso nunca ha estado claro, ¡por qué diablos me recuerda encender las luces! Ya lo hice: creerá que soy tonto, que aprendí a manejar ayer o que no conozco la ciudad donde nací y trabajo. ¿Cómo es posible que una avenida o una caletera, si se trata de rotondas, valgan lo mismo? Esta cuestión está mala. ¿Y la cuestión social? Waze no la distingue. Yo sí, como buen chileno. Le hago caso y miren por dónde voy y por dónde me mete, por callejones estrechos que dan miedo, por barrancos desconocidos y territorios inexplorados. ¿Cuál es la tercera salida de la rotonda? Y de nuevo la misma lesera, por eso me pasé y me voy a pasar siempre.
Tranquilo. No se enoje.