A fines del año pasado aparecieron dos nuevas traducciones al castellano de la obra mayor de Dante Alighieri, que publicó con el título de
Comedia. Giuseppe Bocaccio, que la difundió años más tarde, la rebautizó con el nombre que se ha hecho canónico. La primera es argentina, del poeta Jorge Aulicino, aparecida en Edhasa, en 2016, en una edición bilingüe, más prólogo y notas del traductor. La reciente edición de Lom solo conserva la versión castellana y las notas, lo que baja el precio del volumen. La segunda es de Acantilado, con prólogo, comentarios y traducción de José María Micó, académico cuya trayectoria demuestra una familiaridad poco habitual con los clásicos. La edición es bilingüe, tapa dura y papel biblia, más un prólogo extenso, una introducción a cada canto y un índice que incluye nombres y lugares.
Con todo, la mayor diferencia entre ambas ediciones no pasa por aquellos detalles, sino por sus estrategias textuales, aunque traducen en verso, en tercetos encadenados, tal como en el original. Aulicino y Micó insisten en una idea bastante asentada en el campo cultural: que cada época requiere sus propias versiones de los grandes clásicos. De ahí en adelante divergen. El poeta argentino optó por "un lenguaje actual, pero no moderno ni necesariamente coloquial" para marcar más la vitalidad de lo que llama "el protagonista de este texto, el lenguaje en movimiento". Por eso su versión suena algo arcaizante. De la lectura se desprende, además, que procuró ceñirse al léxico de Dante. Micó, en cambio, optó por un lenguaje más coloquial, tal como se entiende que quiso hacer Dante con la
Comedia, escrita en toscano y no en latín, como lo exigía la cultura literaria de la época. La diferencia se marca desde el comienzo y constituye el mejor ejemplo posible: allí donde Dante escribió
ché la diritta via era smarrita, Aulicino opta por "que había extraviado la vía derecha" y Micó por "porque me extravié del buen camino".
La Divina Comedia
Traducción de Jorge Aulicino.
Lom, Santiago, 2018. 610 páginas.
Comedia
Versión de José María Micó.
Acantilado, Barcelona, 2018.
936 páginas.