El aspirante a escritor Victor de Rochemont (Nicolas Bedos) se encuentra por primera vez con Sarah Adelman (Doria Tillier) en una discoteca en 1971, en un momento bellamente descrito por una cámara grácil, que parece seguir el ritmo embriagado, mágico, de "Twilight time", la fenomenal canción de The Platters. Pasa la noche con ella, aunque al día siguiente le parece que de pronto "se volvió fea". Ella, en cambio, ha tomado una decisión: será el hombre de su vida.
La historia de ambos transcurre por los siguientes 45 años, hasta la muerte de Victor, en el 2016. Quien se la narra -a otro aspirante a escritor, un tímido biógrafo que llega hasta el funeral- es Sarah; y el guion lo divide en 14 capítulos y un epílogo; guion astuto, que parece escrito desde el final hacia atrás.
Victor es un joven autoconsciente, adicto al analista, más preocupado de su autoestima que de la escritura, que de pronto descubre que en la gran literatura judía -Georges Perec, Leonard Cohen, Bernard Malamud, Saul Bellow, Isaac Bashevis Singer, Philip Roth- hay una oportunidad para él. Desde entonces decide llamarse Adelman y escribir historias sobre la familia de Sarah. Éxito inmediato. Una nueva vida. El premio Goncourt. Y mucho más.
Esta es, desde luego, una comedia negra, con un humor desopilante y muchas veces cruel, en la tradición francesa que va de Marcel Pagnol a Claude Sautet. El director debutante y también protagonista Nicolas Bedos coescribió con la actriz principal, Doria Tillier, una historia que se ríe de sí misma, que miente, se corrige, imagina, inventa y solo a veces pretende ceñirse a cierto realismo (por ejemplo, actúa Jack Lang, el eterno ministro de Cultura de Francia, en el papel de... ministro de Cultura; y el muy respetado Bruno Podalydès hace del analista que queda hasta la tusa de las "puerilidades" de sus malditos pacientes).
A pesar de que en lo esencial es una aguda exploración en la vida de pareja, resulta difícil saber a cada momento en qué territorio se está moviendo. Más aún: si se la ve dos veces, la película cambia de sentido, como una historia que se contara por su reverso.
Pero quizá este último ejercicio no sea conveniente, porque, aunque en algunos sentidos enriquece su interpretación, también deja al desnudo los trucos narrativos. Como lo supo Hitchcock una vez -y nunca más lo volvió a hacer-, un narrador mentiroso en el cine es una cosa muy complicada, porque cuestiona cierta ética de la relación con el espectador.
Pero esto no le importa mucho a
Monsieur & Madame Adelman. Al revés, está construida sobre la idea de desafiar esos contratos, acaso aspirando a dejar volar el espíritu libertino de la comedia. Una película raramente divertida y desafiante.
Monsieur & Madame AdelmanDirección: Nicolas Bedos.
Con: Doria Tillier, Nicolas Bedos, Denis Podalydès, Antoine Gouy, Pierre Arditi, Christiane Millet, Jack Lang.
120 minutos.