Vivo entre bolsas.
Ya ninguna es plástica, pero todas bolsas.
Así está escrito y me acostumbraré lentamente.
Bolsa que me hiciste bien.
Grandes, medianas y pequeñas, y unas dentro de las otras. Ya no las cuento, porque son demasiadas, las tengo de cuero, papel, tela y cartón, también de género, lino y algodón.
Lisas, estampadas y rugosas, las hay con logo, marca, estilo y diseño.
Algunas que dicen mucho y otras poco, pero ya no hay nada en las bolsas que me espante. Las compro y me las regalan, me las dan porque sí y porque no y me inundan la vida entera. Se acabó la plástica, pero me están haciendo bolsa con tanta bolsa en cuadrados, rectángulos y globitos, y no soy mago, pero aparecen en los bolsillos, los sombreros y hasta en la ropa interior, y el otro día anduve apretujado e incómodo por razones inexplicables y a las horas lo descubrí: no era calzoncillo, era bolsa.
Las tengo amigables, renovables, reutilizables y replicables.
Recuerde la bolsa dormida, avive el seso y despierte, pero para no hacer bolsa el idioma español -que es lo mío- mejor me refugio en los poetas y cambio amor por bolsa, para que nos vayamos entendiendo en el nuevo mundo.
De Óscar Hahn: "No seas vanidosa bolsa mía, porque para serte franco, tu belleza no es del otro mundo".
A Jorge Teillier, y son figuras por bolsas:
"Eso fue la felicidad, dibujar en la escarcha bolsas sin sentido, sabiendo que no durarían nada".
A Neruda, con bolsas por luchas.
"Camarada Stalin, yo estaba junto al mar en la Isla Negra, descansando de bolsas y de viajes".
Duermo entre bolsas y despierto entre ellas, yo desordenado y ellas intactas, yo maltrecho y ellas lozanas.
A veces las odio, porque nunca fui bolsero y ahora debo serlo.
Las tengo con fuelle y broche, de crea y yute vegetal.
Personalizadas, recargables, plegables y con muelle.
Vanidosas, coquetas y vistosas.
Finas, gruesas y hasta bolsas comestibles que después de usadas se pican en trocitos y se sirven como ensalada de acompañamiento, mejor mezcladas con pedazos de melón, sandía o piña.
Patchwork , estampadas, ecológicas, herméticas y compostables.
Las tengo degradables, orgánicas y biodegradables.
Retro, vintage y pop.
Tipo mochila, tipo saco, tipo maleta.
No tienen secretos para mí. Ni yo para ellas.
Bolsa que me hiciste mal.
Acudo a Nicanor Parra y espero que no me salga la bolsa por la culata, porque así están las cosas. Cambio arrugas, arrugas cambio.
"Estos escasos pelos que me quedan, ¡estas negras bolsas infernales! Sin embargo yo fui tal como ustedes, joven, lleno de bellos ideales".
Bolsas de compra Balenciaga, Carolina Herrera y Vuitton, porque ya encontraron el nicho comercial y me vieron la cara.
Me iré del mundo hecho bolsa y lo reconozco, solicito cremación y que las pocas cenizas las depositen con respeto en una bolsa, pero que sea plástica. ¡Cómo no se van a conseguir una! Yo sé que les cuesta su poco, pero sean buena gente. Es por esta vez.
Espero que me concedan el deseo de vivir eternamente.