Los recesos veraniegos suelen ser más atractivos por sus curiosidades que por sus novedades propiamente futboleras. Normalmente hay alguna "telenovela" que se alarga a través de la canícula y alguna "bomba". Las contrataciones bombásticas, en todo caso, son cada vez más escasas, en parte por la austeridad de clubes que ingresan mucho dinero a sus arcas y en parte porque el mercado europeo deja sin valores de exportación a la región.
Con todo, las curiosidades no fallan. Por ejemplo, después del estreno de Mario Salas en la banca de Colo Colo, Esteban Paredes, su figura máxima, declaró que "faltan refuerzos" para el plantel. Y luego del segundo partido, también derrota, hizo de vocero del grupo para pedir al nuevo técnico una rebaja en la carga física de los entrenamientos. O sea, poco plantel y demasiado entrenamiento. Notable.
Otro caso singular es el de Jeisson Vargas. Como se recordará, a Universidad Católica no le fue fácil desembarazarse de él después de su radiante estreno en 2014, opacado luego por cuestiones disciplinarias. Notablemente dotado en lo técnico y en su visión de cancha, basó su carrera en chispazos de esa calidad para ser más tarde vendido al Montreal Impact, que lo cedió a Estudiantes de La Plata, donde cumplió una campaña discreta, empeorada por casos policiales en Argentina y en Chile. De vuelta en la Major Soccer League, cumplía otra campaña sin relieves cuando decidió volver al país.
Sorprendentemente, su retorno produjo la noticia de estos días: pugna entre la U y la UC por tenerlo en sus filas, ganada por su club de origen. ¿No es notable?
Pero el caso que hará recordable este receso será el de Juan Carlos Gaete, el joven delantero de Cobresal que no quiso jugar en Colo Colo. Se trata de una de las "teleseries" más curiosas de todos los tiempos. ¿Puede alguien no querer jugar en el club más popular aún del país? Este fue el caso. Tal vez no se conozcan nunca los motivos o causas, aunque lo que mayoritariamente se presume es que "le quedó como poncho" la idea de sufrir la abusiva exposición que significa estar en el Cacique. En otras épocas hubo algunos que aceptaron el reto y salieron muy rasguñados de la experiencia, incapaces de repetir en la vitrina alba lo que hacían en sus clubes de lanzamiento.
Pero ¿sería esa la razón de su negativa o habrá sido otra? Podría ser algo sorprendente o inconfesable. Ya estamos acostumbrados a lo increíble.
Como increíble ha sido la decisión de Jean Beausejour de seguir en Universidad de Chile, despreciando muy buenas ofertas económicas internacionales. Alguien que prefiera la gloria al dinero pertenece a una especie en extinción. Tal vez no se equivocan quienes vaticinan un futuro político a este seleccionado chileno. Podría irle muy bien. El público añora a políticos con ideales. Tal vez por eso se queda. No se usa hacer campaña en otro país.