En 1931 , a poco andar en su carrera literaria, Marta Brunet publicó un libro de recetas de cocina,
La Hermanita Hormiga , cuyo subtítulo completo es "Tratado de arte culinario. Recetas de guisos, dulces, menús. Instrucciones para la buena disposición de la mesa". La ganadora del Premio Nacional de Literatura cuenta, en la primera página del libro, que "revisando un día efectos de alguien a quien mucho quise, encontré una serie de cuadernos en que su previsión de excelente dueña de casa había recolectado recetas de cocina al albur de viajes y de países". Tan ordenadas y bien escritas las halló que le propuso a su editor, Carlos Nascimento, que las publicara, y este aceptó. En el prólogo, el columnista de
El Mercurio Ruperto de Nola da cuenta del buen momento que vivía en aquel tiempo la cocina chilena, que iniciaba una síntesis entre la influencia francesa y el rico acervo criollo. Aquella década vio aparecer varios importantes libros de cocina, pero este estaba perdido. Lo menciona Natalia Cisterna en su excelente edición crítica de las obras completas de Marta Brunet, pero nada más. Y según escribe la editora, Pía Rajevic, ni siquiera la Universidad de Chile, albacea de la obra de Brunet, tenía un ejemplar (ahora sí, porque la editorial le regaló algunos). De modo que se trata de un rescate patrimonial muy destacable, tanto por las recetas como por completar el retrato de una de nuestras grandes escritoras.
Brunet se dirige a sus lectoras en las primeras páginas del libro. Estaba muy bien informada: para caracterizar la "vida moderna" habla incluso de la televisión, en ese entonces un proyecto experimental en el Reino Unido primero y Estados Unidos después, recién en el año anterior. Y no se ahorra ironías respecto de una cuestión que muchas mujeres de hoy siguen enfrentando. "Aquellos que atacan a la mujer moderna por lo exterior, lo frívolo y pueril", dice, no ven a la mujer que además cuida a sus hijos, organiza la casa y, con mucha frecuencia, trabaja. Algo ha cambiado la situación, pero no tanto. Lo que sí cambia es que entonces las lectoras de Marta tenían personal de servicio que hacía la comida, que era abundante y sustanciosa y en muchos casos alejada de lo que hoy se considera una alimentación sana, pero no hay duda de que este libro puede inspirar la renovación del repertorio culinario en cualquier casa chilena.
Marta BrunetMandrágora, Valparaíso, 2018.
380 páginas.