En un edificio frente a la iglesia de Vitacura, un poco escondido, aunque amplio y luminoso, y hasta con terraza, se encuentra la Arrocería Cienfuegos, la nueva propuesta del chef Benjamín Cienfuegos. Un local informal y moderno, alegre y relajante, con muchas plantas y colores suaves. Estiloso.
Como su nombre lo señala, aquí la cosa va por el arroz, español para más señas, que, como se indica, tiene una demora de 30 minutos. Se puede partir con tiraditos o ceviches, o una fritura de mariscos, que resultó algo pesada. Acompañada de una mayonesa con mucho limón, le hubiera quedado mejor un alioli.
La paella mixta, en fuente individual, venía con el típico arroz bomba característico de dicho plato. Quizá con la paella pase lo mismo que con la tortilla de patatas: que el gusto depende de la tradición de cada casa. Aquí estaba bueno, pero no era para emocionarse.
El congrio con papas fritas rústicas fue una decepción. El mozo indicó que venía en medallón, pero apareció un trozo de tronco y unas papas latigudas y nada de crujientes. Hay que ver lo maravillosas que son cuando están bien hechas. ¡Que le pregunten si no a los belgas u holandeses, que las comen en cucuruchos, en los llamados "atellier" de papas fritas que hay en todas las ciudades!
El servicio fue amable aunque los garzones conversaban demasiado entre ellos. Y aunque no todas las mesas se ocuparon, no se dio la opción de sentarse en una de cuatro al ser solamente dos comensales. ¡Qué manía con esa molesta costumbre!
La sangría se preparaba con vino en caja, literal, lo que fue ratificado en el bar con la persona que atendía, a la que se le preguntó directamente. No quedaron ganas para el postre. En síntesis, una buena idea, con aciertos, pero que le falta un poco de dirección tanto en la sala como en la cocina. Habrá que darle tiempo.
Arrocería CienfuegosDirección: Alonso de Córdova 3788.
Reservas: 985560219
Precio por pareja: $57.000
Cerrado martes y domingo por la noche