Los superhéroes se volvieron a poner de moda con todo. En el cine no hay otra cosa que ver que películas de superhéroes. Por eso las películas que antes uno veía en el cine, ahora las ve en Netflix. Es la vida
millennial que nos toca.
Por eso, para hacer un repaso de las personas que marcaron el 2018 -como higiénico ejercicio de fin de año- más que elegir por enésima vez a "Los Personajes del Año", voy a escoger a "Los Superhéroes de 2018".
Ya sé lo que me van a decir: "Qué suerte tienes de escribir esta columna justo en la semana en que la seremi Rosa Oyarce frustró un portonazo con una acción valiente, temeraria, pero efectiva".
Y yo, sin querer herir sus sentimientos, me veré obligado a decirles que la doctora Rosa Oyarce, aun blandiendo su delantal blanco como capa de superheroína -otra Doctora ya nos enseñó hace algún tiempo que "el delantal blanco es grito y plata en este país"-, no es un modelo a seguir en el ámbito de la seguridad ciudadana.
El trabajo de doblegar a los delincuentes es de los policías y en la inmensa mayoría de los casos en que los civiles intentan jugar a ser Batman, las cosas terminan en tragedia.
Eso me lleva a pensar que ni siquiera los policías deben tratar de botarse a superhéroes. Ya vieron lo que pasó en el caso Catrillanca. Un policía enloqueció, acaso embriagado en adrenalina, disparó cuando no debía, y con eso arrastró al lodo -y a la cesantía- a prácticamente todos sus superiores, incluido el general director de Carabineros.
Otro que jugó a superhéroe lindorfo este año fue el diputado Gabriel Boric, quien imaginó que visitando a un exfrentista prófugo en París la haría de oro ante su electorado, pero no calculó que el exfrentista prófugo era más vivo que él y filtraría a su antojo la reunión, dejando a nuestro superhéroe dando explicaciones, tropezándose con la capa y obligando a Batichica a pedir licencia.
También quisieron hacer un acto heroico las profesoras y profesores que inflaron las notas de sus alumnos para intentar beneficiarlos en el proceso de admisión a las universidades, dado que las calificaciones hoy cuentan mucho y le quitan relevancia a la PSU. Pero la situación quedó en evidencia fácilmente, cuando se vio que alumnos con promedio 6,8 sacaban 400 puntos en la Prueba de Selección Universitaria. Al final, miles de educadores que tienen a cargo la formación intelectual y ética de los hijos de esta patria, se dedicaban a poner notas ideológicamente falsas pensando que hacían un bien.
Es que ser superhéroe de cómic es más complejo de lo que parece. Hay que resignarse a que ni Superman, ni Batman, ni el Hombre Araña, ni la Mujer Maravilla existen. Pero sí hay actos heroicos cotidianos en personas comunes y corrientes, que habitan entre nosotros, y que a veces ni las vemos. Personas que se levantan a las 5 de la mañana para cocinarles el almuerzo a sus hijos y luego irse a trabajar hasta la noche, para luego volver a atender a su familia. O gente que cuando todos huyen de un incendio, ellos corren hacia él. O gente que trata de promover el diálogo y el entendimiento para llegar a acuerdos de bien común, en medio de los gritos, los insultos y la violencia de los exaltados y los extremistas.
Que tengan un feliz 2019, especialmente esas almas heroicas que a todos ya se nos vinieron a la mente.