1) Los drones, sus cámaras y el punto de vista que antes no existía, ni tan alto como avión y ni tan bajo como volantín. Es la mirada de un pájaro y cuando se transmite un partido, la gente del CDF lo emplea y luce sobre los estadios y sus alrededores, para conseguir una visión única, desconocida y hasta emotiva. Ese paisaje y postal inolvidable, donde se distingue el arco y una calle, estacionamientos, tribunas, azoteas, poblaciones, banderas, árboles, cerros y mar. Un monumento para el fútbol y una plaza pública de reunión y compañía. Ese plano subraya el mayor bien del fútbol: un deporte incrustado en la ciudad. En la historia, sentimientos, gente y destino. Muchas cosas a la vez y para eso nada mejor que las tomas de los drones.
2) Los futbolistas lograron extender sus carreras y asumieron el rol de comentaristas. Antiguamente ingresaban pidiendo permiso a la corte de periodistas que los recibían con un respingo universitario. Ahora no. Unos son la lluvia y otros la nieve, pero es la misma agua, y así pasan los nuevos tiempos bajo el viejo puente. Aguas limpias, sucias, turbias, cristalinas. Dios sabrá. A lo mejor el fútbol iguala a la gente. Es una alternativa.
3) De pronto, desde el CDF, son demasiados los elogios al fútbol que se practica y abundan los términos de "extraordinario", "genial" y "maravilloso", para tanto partido remolón y del montón. Y harto lugar común: el centro que no es centro, sino pase; el recurso válido del tiro desde fuera del área o cabecear según el manual. Sin embargo, puede que el comentario del fútbol se nutra de la rutina y la repetición. Así educa y forma, todos entendemos lo mismo y el fútbol es tan eterno como el centro pasado y la mala intención.
4) La distancia es poca y casi no existe en el CDF, porque un compañero de panel pasó a la banca de un equipo y el colega de la mesa redonda se fue a dirigir. Y van y vuelven. En un santiamén. ¿Influirá ese tránsito en el análisis, la objetividad y la calidad de los comentarios? Esas cosas son las que se deben estudiar a fin de año, que es cuando se hace balance y autocrítica.
5) Alguien ha escuchado la siguiente sentencia: "Los mejores comentaristas de fútbol, sin duda alguna, son los argentinos". Si no lo ha escuchado, entonces no pasa nada, es una pregunta errada y no hay que imaginar la explicación y menos la respuesta. Entre paréntesis: ¿hay imitación de los términos y las expresiones argentinas? Eso debería demostrar algo, siempre y cuando sea así.
6) Lo otro es que el negocio del CDF marcha viento en popa y a toda máquina. En este contexto, por lo tanto, no hay que perder el tiempo en balances inútiles. Es otra alternativa.