Señor Director:

En su carta del lunes, el señor Víctor Pérez, ex rector de la Universidad de Chile, se queja por la tremenda asimetría de recursos públicos asignados a los distintos programas de infancia (US$ 330 millones) en relación con los destinados a la política de gratuidad en la educación superior (US$ 2.000 millones). A partir de ahí, sugiere que la prioridad gubernamental de "los niños primero" sería un mero eslogan.

No deja de ser sorprendente el reclamo del señor Pérez si consideramos que cuando era rector de la Universidad de Chile fue un entusiasta promotor de la gratuidad en educación superior y consiguiente asimetría de recursos que hoy denuncia. Cabe recordar que, en 2011, en su discurso por motivo del aniversario 169 de su universidad, señaló que "el Estado tiene hoy la posibilidad y el deber de garantizar la gratuidad de la educación superior a un porcentaje muy amplio de la población. Los recursos existen".

Lo cierto es que, en políticas públicas, el realismo es siempre con renuncia. En el mundo real de recursos escasos hay que priorizar. Y cuando se clama por miles de millones de dólares para la educación superior, por definición no se puede pretender que también estén disponibles para la infancia.

La gratuidad en la educación superior implementada en el gobierno anterior fue una mala política pública precisamente porque priorizó mal. Por ello, desde Horizontal, nos opusimos consistentemente a dicha política y, desde nuestros inicios, en 2012, hemos abogado por hacer de la infancia y de la educación temprana y escolar la prioridad nacional.

El señor Pérez debiera estar consciente de que la política de gratuidad del gobierno anterior no podía tener otro corolario que el de comprometer cuantiosos recursos destinados hoy a la educación superior. A diferencia del exrector, quien califica de eslogan la agenda "los niños primero", nos parece encomiable el esfuerzo del Gobierno por aumentar en 140% el presupuesto destinado a programas de infancia, sobre todo en el contexto de una deteriorada situación fiscal heredada. Cualquier juicio de valor sobre lo prioritaria de esta agenda no puede hacerse prescindiendo de este contexto, ni menos aún sin hacerse cargo de sus propios dichos en el pasado.

Cristóbal Gigoux