Nadie está contento, pese a la primavera y al país en flor.
Reinaldo Rueda descontento y nosotros con él, incluso desde antes del desastre de Rancagua, y ahora, después de la derrota frente a Costa Rica, el estado de ánimo se oscurece.
Rueda, en conferencia de prensa, pidió preguntas por escrito y que los periodistas se lo piensen dos veces antes de interrogar, y así él, por su parte, se lo podría pensar dos veces antes de responder. O tres.
No hay nada más descontento sobre la faz de la Tierra que un periodista deportivo, es su estado natural, y no es por deformación profesional, sino formación pura y dura. Y por eso y frente a los dirigentes ANFP, tiene una misión que cumplir: dejarlos preocupados y jamás contentos.
Están al borde de una elección y nerviosos porque la sombra de Sergio Jadue es larga, hace cosquillas, faltan cosas por destapar y el periodismo para eso está, si no para qué. La razón del descontento puede tener un motivo extra en las cortes de Nueva York, donde el ex presidente Jadue aplazó cinco veces el juicio y la última fecha que se dio es diciembre, tipo miércoles 12.
La tesis histórica de los colegas directivos, para el caso de Jadue, es la del Llanero Solitario, un personaje ayudado por un brazo derecho de nombre impresentable: Tonto.
La tesis universal, según los libros sagrados y la historia de la Humanidad, es que el caso Jadue más se parece al título de una película en serio: "Buenos muchachos".
¿Qué fue de los microciclos de Rueda? Lo que haya sido se deshizo en la boca como cri cri, un caramelo extinguido. No sabemos si esta selección es cóctel, entrada o plato de fondo, así que desconfiamos del menú y del chef. Mucho fútbol fusión y, a la larga, poco fútbol. Quedamos con hambre y gusto a poco. Descontentos, por supuesto.
Como los hinchas de Universidad Católica con Beñat San José, porque sus decisiones técnicas y jugadores convocados son más raros que el vasco, idioma único, aislado y la lengua viva más antigua de Europa. En español sería Bernardo, pero en los equipos de Beñat, la razón de fondo, es una que les fascina a los futbolistas comentaristas: no fue jugador y nunca asistió a la universidad del camarín. Es más, a lo mejor su fuerte es la pelota vasca.
El problema es que los de Colo Colo también están descontentos, pero Héctor "Tito" Tapia es justo lo contrario de Beñat: jugó demasiado y lo único que hizo fue precisamente eso, y excepcionalmente ofició de comentarista en el CDF, pero sin mayor compromiso y todo pasajero, como un pituto que así como se aprieta se suelta. Y esa liviandad le acarreó el error con el túnel del Monumental, cuando el equipo salió tarde porque calculó mal el largo del pasillo subterráneo.
Y los que están contentos, por último, deberían saber solo una cosa: ya se les pasará.
Esto es fútbol.