Dominique Abel, belga, y Fiona Gordon, canadiense, forman un matrimonio de actores de circo y teatro que se pasaron a la realización de cine ya cerca de la cincuentena, después de haber ensayado en tres cortos antes de 2000. Han realizado cuatro largos, de los cuales
Rumba (2008) y
El hada (2008) alcanzaron algún estatus de culto en los circuitos de arte y ensayo de Europa. En una cinematografía austera como la belga, son en cierto modo la contracara de los hermanos Dardenne.
La historia es esta: Fiona (Fiona Gordon), bibliotecaria de una aldea canadiense siempre cubierta por la nieve, recibe una carta de su tía Martha (Emmanuelle Riva), en la que le pide auxilio desde París para que no la internen en un asilo de ancianos, porque, después de todo, "solo tiene 88". Extraviada en un París que desconoce, Fiona cae al Sena y pierde su enorme mochila de viaje.
Ahí entra en escena Dominique (Dominique Abel), un vagabundo que encuentra la mochila de Fiona y se pasa una noche de buena vida. Pero entonces se cruza casualmente con Fiona, queda flechado y decide ayudarla a buscar a su tía Martha.
Martha es un caso aparte: huyendo de cualquier autoridad que pueda llevarla al asilo, se oculta en las orillas del Sena y comienza a vivir como una
clochard. Lo importante es que la interpreta Emmanuelle Riva, la gran actriz de
Thérèse Desqueyroux e
Hiroshima mon amour, que ya apareció como anciana en L'amour. Hay un momento en que Martha se encuentra con su amigo Norman, personificado por Pierre Richard, el exitoso cómico de los 70 (
El juguete,
El hombre del zapato negro), y ambos ensayan el baile de zapatos que Chaplin hizo célebre en La quimera del oro.
El mundo de
Perdidos en París es pequeño y fantástico. Los personajes se cruzan y se desencuentran con la facilidad de una comedia bufa. Son excéntricos, pero no esperpénticos. Sus caracteres se expresan mejor con el lenguaje corporal que con el verbal. Y sus conductas son más bien inocentes, anteriores al pecado e indiferentes a la ley. Transitan por París "a pies desnudos", como dice el título original, carentes de cinismo.
Aunque se suele citar como referencias de Abel & Gordon a Chaplin y Jacques Tati, su mundo tiene una completa semejanza con el de Buster Keaton, con su aplomo y su impavidez, su manera de atravesar por la peligrosidad del mundo con total indiferencia, en perpetua búsqueda de una forma de amor sin convenciones. Igual que Keaton, Abel & Gordon ponen singular cuidado en los encuadres, que son en sí mismos una forma de humor (como en Wes Anderson o Jim Jarmusch): el mundo material, el mundo obstáculo, se expresa dentro del cuadro de la pantalla.
Es un cine poco usual, interesante, construido con cuidado y cariño. El único problema, quizá, es que ya lo hizo Keaton.
Paris pieds nusDirección: Abel & Gordon. Con: Dominique Abel, Fiona Gordon, Emmanuelle Riva, Pierre Richard, Charlotte Dubery, David Palatino, Frédéric Meert.
83 minutos.