Taller Dejao - "El brillo que tiene es lo humano que le queda"
Partió como un proyecto escolar del Instituto Miguel León Prado de San Miguel, y aunque tuvieron una corta vida como banda, sigue siendo uno de los pasajes del
indie local mejor escritos del nuevo siglo. Taller Dejao, el primer grupo de Daniel Riveros (Gepe) con el bajista Javier Cruz, se presenta este sábado en el Festival Neutral con un único show que, entre otras cosas, reactivó la publicación de su primer y último disco "El brillo que tiene es lo humano que le queda" (2004) en plataformas digitales.
Debut y despedida discográfica que, casi pegado a la mitad de la década pasada, se sintió como una revelación. Combinaba folklore, pop y rock con una variante progresiva cautivante. Un trabajo más arraigado a la música alternativa de los 90 -evocando un sonido que se ubicaba entre el
midwest emo y los herederos de Kurt Cobain- que al
post-punk revival que triunfaba en Nueva York en paralelo al lanzamiento del álbum, con un denominador común: así como "In Utero", esa sensación de que primaba el instinto por sobre la pulcritud.
Desde esos primeros versos con los que Gepe comenzaba a cimentar su historia como férreo patrocinador de la música popular chilena, hasta la energía entregada en los espacios instrumentales. "El brillo que tiene es lo humano que le queda" fue una constante exploración de la lírica y los géneros musicales, con la naturaleza espontánea de dos jóvenes que no tenían ninguna clase de reparos ni reglas al momento de unir fuerzas. Un
racconto de la escuela que formaron años después.
Nova Materia - "It comes"
No es que Caroline Chaspoul y Eduardo Henríquez se hayan olvidado de Pánico. Más bien, consideraron que esa historia ya era parte de otro tiempo. Los íconos del
indie chileno de los 90, que luego siguieron su carrera en Europa, enterraron esa faceta rockera para reformarse como Nova Materia, una dupla electrónica que con su primer disco "It comes" confrontó la tecnología con la naturaleza, fuerzas antagónicas que acá trabajan unidas para resolver las interrogantes de sus músicas.
Les sacaron música a las piedras y a los metales para sintetizar esos sonidos en sus máquinas, como una propuesta artística que grafica a la perfección la música de clubes europea: innovación constante, a ratos difícil, manteniendo ciertos parámetros que los ponen en la línea de tiempo del género en sus distintas etapas.
"It comes" puede hacerte retroceder a los años 80 en "Nov Power", ser profundo y ceremonial en "Procession", excitante en "Follow you all the way" o desafiante en "Souterraine", calificativos que varían entre canción y canción, pero que surten un efecto hipnótico que musicaliza espacios oscuros, con cierta vibra
punk que trata de universalizar esa construcción, de hacerla disfrutable para todos los oídos. Y lo consiguen. Al menos un elemento en la música de Nova Materia se te hará familiar.