La filosofía ha estudiado y discutido mucho y muy profundamente el efecto de la ciencia en la manera de concebir el mundo. Es difícil creer en la magia cuando la ciencia prueba que en realidad no hay magia, sino leyes. La ciencia fue por mucho tiempo valorada como una manera de conocer el mundo. Ahora, debido a la importancia de la tecnología en la vida cotidiana y en la manera que resolvemos problemas, la técnica es una manera de cambiar el mundo.
Esto, que parece abstracto, tiene una enorme influencia en la manera cómo nos valoramos, en la construcción de la autoestima y también, muy fundamentalmente, en la capacidad de convivir en las diferencias.
Si estamos frente a alguien que habla de algo que nos es desconocido, la tendencia a preguntar está desapareciendo. Hay que opinar, hay que discutir, hay que convencer. Ese miedo a no saber, a discrepar, a ceder y llegar a acuerdos, o por último a celebrar que percibamos la vida de distintas maneras o que tengamos conocimientos en ámbitos diferentes, ha empobrecido nuestra convivencia.
El vacío que produce el no tener preguntas que hacerse sobre la vida y la humanidad, es muy grave. Sustituimos la verdadera conversación de intercambio de ideas y experiencias, por la anécdota compartida. Y por un rato es entretenido tener espacios livianos, pero a la larga si además no buscamos cierta profundidad, lo que viene es el vacío. Y el vacío es la antesala de la depresión. En otras palabras, el mejor antidepresivo es la curiosidad.
Buscar lo seguro es una necesidad muy relevante en la estabilidad de la salud mental. Que no es lo mismo que tenerle miedo a lo desconocido o a lo diferente.
"Nadie conversa en Chile" -dice un profesional extranjero-. Su compañero de viaje, colega de otro continente, le contesta: "Nadie pregunta en Chile. Preguntas útiles, sí. Preguntas de fondo, no". Sorpresa de los chilenos y chilenas presentes en la mesa. Lo que sigue es una difícil conversación, en que los chilenos defienden pero no preguntan. Y después la risa de quien hizo la afirmación, diciendo: "Ustedes nos han dado la razón. Todos fueron al campo de batalla, ninguno preguntó con interés el origen de nuestra impresión sobre los chilenos".
Y Chile es el país con más depresión en el continente.
Cuando uno se deprime, deja de buscar. Está derrotado. Es gris y dolorosa la vida.
Cuando uno está bien, tantas y tantas cosas pueden ser interesantes. O entretenidas. O aventureras.
Es un cambio que parte despacio y a pasos cortos, pero que vale la pena intentar. Porque la verdad es que cuando algo nos sorprende o nos interesa, secretamos hormonas distintas a cuando estamos a la defensiva tratando de mostrar que somos capaces, inteligentes, cultos, poderosos, bellos o lo que sea. En vez de cruzar al otro lado y volver a ser como cuando éramos niños. Cuando conocer el mundo era una aventura.
Esta no es una crítica. Es una invitación a hacer preguntas y escuchar respuestas.