Fue más o menos así. El viernes pasado, el Fondo Monetario Internacional proyectó -como la especie de Yolanda Sultana que es- que el Chile al mando de Sebastián Piñera iba a crecer económicamente incluso más de lo que se suponía. Aseguró que la economía se iba a hinchar en un 4%.
Pero el FMI no se quedó ahí. Además apoyó la reforma tributaria del gobierno. Dijo que era buena para el país.
Ese mismo día, un grupo de excancilleres de distintos signos políticos se reunieron con el actual ministro de Relaciones Exteriores, Roberto Ampuero, para respaldarlo en su tarea de defender los intereses de Chile frente al próximo fallo en La Haya. Es el mismo ministro al que sectores extremos intentaron salpicar tras la salida del exministro Mauricio Rojas.
Ese mismo día, los rectores de los colegios emblemáticos aparecieron apoyando el proyecto "Aula Segura" que presentó el Gobierno para devolverles a las autoridades de los establecimientos educacionales la facultad de sancionar en serio a los alumnos violentistas.
Ese mismo día se ponía fin al ciclo de efemérides de septiembre, que este año "le traía" los 45 años del golpe y una acusación constitucional contra tres ministros de la Corte Suprema que habían aprobado libertades condicionales para presos de Punta Peuco. El Gobierno había salido casi ileso.
Ese mismo día fue el comienzo de la primavera.
¿Será que este 21 de septiembre marcó el fin de la "temporada otoño-invierno" para el Gobierno, en que perdió algunas hojas y sufrió un par de chaparrones y fue acusado de provocar una sequía legislativa?
¿Y será que la "temporada primavera-verano" del gobierno vendrá con la aprobación de varias de sus leyes emblemáticas, algunas de las cuales están en la bandeja de entrada y otras en la bandeja de salida del Congreso?
¿Será, entonces, que ya comenzó el segundo tiempo del Gobierno, que suele ser más amable que el primero?
Lo dudo. Es demasiado pronto. Y además, ya está pasado de moda marcar las fases de un gobierno en "primer tiempo-segundo tiempo", como en el fútbol.
¿Será entonces que el Gobierno de Piñera se dividirá en rounds, como en el boxeo? ¿A 12 rounds será? ¿Tres rounds por año? Podría calzar. Primer round: lo ganó el gobierno, con sus comisiones transversales, y la instalación de la agenda de seguridad y migración. Segundo round: lo ganó la oposición, con el error no forzado del cambio de gabinete. Tercer round: es para el gobierno, que logra aprobar salario mínimo, observa el error no forzado opositor de la acusación constitucional, aprueba la ley de equidad de género y recibe el espaldarazo del FMI.
¿O será esto como los misterios del rosario: Gozosos, Dolorosos, Luminosos y Gloriosos? El gozo de la luna de miel, el dolor del cambio de gabinete, la luz de los proyectos nuevos y la gloria de su aprobación. Suena plausible.
Pero la verdad es que la única evidencia por ahora juega en favor de la estacionalidad. Como en "Las Cuatro Estaciones" de Vivaldi.
Así, el Gobierno está entrando en el momento más grato del año, la primavera. El único problema es que pasa ligera la maldita primavera. Como bien decía Yuri. ¿O ustedes creen que yo escucho solamente Vivaldi?