Lenny Kravitz - "Raise vibration"
Lenny Kravitz no suelta la guitarra y eso lo hace un luchador, porque la variante pop indudable de su música podría llevarlo hacia otras corrientes, al día de hoy, más comerciales. Sin embargo, su último disco, "Raise vibration", se siente reconocible y atractivo porque está ensamblado como siempre ha dictado su manual: los nombres de Prince y Marvin Gaye subrayados en el ítem de sensualidad, arranques rockeros enraizados en la tradición estadounidense y la voz apasionada de toda la vida.
"We can get it all togheter" amanece con cierta luminosidad parecida a "Let's go crazy"; "Who really are the monsters" propone una desfachatada fiesta funky que homenajea al hombre de "Kiss" sin discusión; "Johnny Cash" se extiende por más de seis minutos como una balada de tintes
pink floydianos; y "Low" se alza como una canción inquieta, que arde de R&B y se apoya en la elegancia de los arreglos de la música de salón.
Entre tanto cachondeo, eso sí, "Raise vibration" se entiende más como un desarrollo de su identidad que como una declaración de intenciones, porque se envalentona a encarar el panorama político-social y la historia bélica de su país con frases como "La guerra no se detendrá si continuamos lanzando bombas" y títulos tan significativos como la mencionada "Quiénes son realmente los monstruos" (¿Hola, Donald Trump?). Lenny Kravitz pone sus esfuerzos en no claudicar frente a las modas pasajeras y, a la vez, ponerse a tono con los nuevos tiempos.
Twenty One Pilots - "My blood and a few others from Trench"
La inmediatez de internet también acelera a la música y a sus protagonistas, sobre todo a los íconos de la generación Z, que requieren sus rostros y canciones constantemente como portadas de las plataformas digitales y sus respectivas redes sociales. Twenty One Pilots es uno de los aludidos, que a la espera de su quinto disco "Trench" empaquetó sus cuatro primeros singles en un EP llamado "My blood and a few others from Trench" (2018), con una fórmula que hasta ahora les ha resultado infalible.
El dúo de Ohio formado por Tyler Joseph y Josh Dun es una tromba impredecible de ritmos, que viaja sin escalas entre la música electrónica y el hip-hop, el reggae y el post-hardcore, desprejuiciados como su reconocido grupo de fans, así como preocupados por una serie de problemas existenciales que se intensifican en la adolescencia. "My blood", protagonizado por el falsete de su vocalista y una línea de bajo cercana al funk, habla de lealtad cuando todo el mundo te abandona.
"Jumpsuit" sigue poniéndole el pecho a los cambios, esta vez filosofando sobre el dolor de partir o ver partir a las personas que te importan, y "Levitate" es una forma de imponerse a la sobreexposición de la fama, como diciendo "seguiremos haciendo lo que queremos, no lo que nos impongan". "Nico and the Niners", por último, ahonda en la relación entre Joseph y sus conflictos internos, los que vencerá a toda costa, de acuerdo a la narrativa de la canción. Un grito de lucha para sus seguidores y un desafío para el nuevo álbum.