Bajo la dirección de Mauricio Cortés, el martes se presentó el Coro de Cámara de la Universidad Católica en el Salón de Honor de la universidad. El programa contempló el ciclo "Frostiana: Seven country songs", del norteamericano Randall Thompson, y los "NeueLiebesliederwalzer", opus 65, de Johannes Brahms.
Thompson (1899-1984) fue compositor de sinfonías, óperas y, fundamentalmente, de obras corales. La época en que vivió presenció la efervescencia experimental que condujo a la Nueva Música, pero su lenguaje se mantuvo conservador y ecléctico, cercano a un neoclasicismo y muy alejado de las vanguardias.
Exceptuando su famoso "Alleluia", los coros chilenos no han explorado la rica veta del autor. Por ello, debe alabarse la decisión del director Cortés de presentar una composición emblemática como la "Frostiana", que ha gozado desde su creación (1959) de una popularidad permanente entre los coros de colegios, universidades y centros comunitarios de Norteamérica. La "Frostiana" -que toma su nombre de siete poemas del insigne Robert Frost- está en el corazón de una rica tradición coral. Los poemas, sutiles, a veces crípticos, que transitan entre bosques oscuros, escenas pastorales o el diálogo con una estrella, inspiraron una música de noble factura que fue magníficamente interpretada por el coro, cuya sonoridad resultó sumamente adecuada a la obra. El acompañamiento pianístico de Eun Seong Hong fue un gran aporte.
Brahms había compuesto sus "Liebesliederwalzer" (canciones de amor en el estilo de un vals), opus 52, obra que contó con un éxito tan rotundo que lo animó a publicar una nueva colección: los "NeueLiebesliederwalzer", opus 65, usando los textos de raíz folclórica provenientes de distintos países, que Georg Friedrich Daumer compiló y tradujo. El título "Neue" (nuevas) no solo hace alusión a la colección anterior, sino que revela recursos también nuevos: participación de solistas y mayor exploración armónica.
"Oh corazón, renuncia a tu salvación si te aventuras en el mar del amor...". Con esa línea comienza el primero de los catorce poemas usados y es un portal que anticipa lo que nos espera: las vicisitudes y veleidades del amor. El sorprendente final, con un espíritu absolutamente diferente, utiliza el poema "Zum Schluss" de Goethe, donde se hace un llamado a las musas: "Vosotras no podéis sanar las heridas que Amor ha causado".
En Brahms se lucieron la soprano Vanessa Rojas, la mezzo Mariana Karachov, el tenor Gonzalo Quinchahual y el barítono Pablo Santa Cruz, exhibiendo todos un excelente material vocal. El acompañamiento pianístico (a 4 manos) contó con la incorporación de Marta Montes y sonó adecuadamente estilístico. En resumen: un muy buen coro y un muy buen director para un atractivo programa.