Esta es la cuarta novela de Hernán Ronsino, nacido en Chivilcoy, Provincia de Buenos Aires, una ciudad que actualmente ronda los cincuenta mil habitantes, aunque vive desde hace años en Capital Federal. Valga el detalle para dar cuenta de la diversidad de voces en la actual narrativa argentina; se podría trazar una línea imaginaria que tendría que pasar por Chivilcoy, Coronel Pringles, Santa Teresita, Bahía Blanca, Coronel Suárez y quién sabe cuántas ciudades y pueblos más, solo en la Provincia de Buenos Aires. Esa pluralidad de orígenes se reconoce, empero, en una sola historia, en la que Ronsino entra con cuidado y de manera oblicua. "Un error es una grieta demoledora porque aunque se perdone la sensación de que algo se ha roto es inapelable, dice. Se puede disimular, aunque en el fondo está la grieta. Nada es igual después de un error". Cameron, el protagonista, escucha esas palabras que le dice un amigo. Se refiere a un error arquitectónico, pero la frase apunta mucho más allá. Y quizá también a algo más que un error, a ese tipo de hechos que producen roturas y rupturas irreversibles, que señalan un punto de inflexión en las vidas de las personas y las arrojan en quién sabe qué direcciones.
Cameron tiene un pasado que oculta y que deja salir a la luz envuelto en una nube de ambigüedades e historias a medias. Estamos a mediados de la década de los ochenta. Cameron está en libertad condicional. Tiene una pierna ortopédica. Sufre una encerrona que hace que viole las condiciones de su libertad y está, entonces, nuevamente en fuga, y gravemente lisiado: la pierna es la pista que desconocidos (aunque él cree saber quiénes son) han dejado a la policía. Ronsino logra, con una trama elusiva, compuesta de recuerdos de la juventud ("pero la juventud siempre es traicionera", dice Cameron) y de un presente de ocultamiento y fuga en la ciudad natal de Cameron, una muy eficaz mirada a un tiempo que todavía ronda en la memoria y que, en realidad, nunca debiera desaparecer de ella. Cameron es el cuarto de una línea de militares que parece extinguirse con él ("Nunca pude tener una mujer. Una mujer que sea mía"), y guarda en su memoria, en su selectiva memoria, "ese instante crucial, tan volátil y crucial" en que estalló la bomba que le arrancó la pierna. Un accidente, dice públicamente, para tener acceso a la ortopedia, pero no lo fue, fue un hecho propio de una época crucial, sí, pero nada volátil, de la historia argentina.
Hernán
Ronsino.
Hueders,
Santiago, 2018.
76 páginas.