El receso por la fecha FIFA y las Fiestas Patrias frenó el torneo de Primera División, luego de que se disputara el partido siete. El segundo semestre muestra dos cortes más, en octubre y noviembre.
Nadie puede quejarse. El calendario se estructuró considerando los partidos de la selección nacional. Los críticos sostienen que no vale la pena detener el torneo si el grueso de los jugadores de la selección milita en el exterior. Olvidan que este fin de semana, en octubre y en noviembre, se resolverá la Copa Chile, que otorga un cupo a la Copa Libertadores. El razonamiento sería diferente si los semifinalistas fueran los tres grandes, más otro club de Primera División.
Ahora que retornaron las temporadas en el año calendario, crece mi nostalgia por la Copa Chile o el Torneo de Apertura en los primeros meses del año. Permitía que los clubes calentaran motores, corrigieran, y en abril, cuando partía el torneo, las máquinas estaban aceitadas e incluso retocadas si faltaba alguna pieza. Nuestros representantes internacionales, por lo general de planteles cortos, podían estibar mejor la carga.
A partir del modelo de negocio actual, que exige jugar la mayor cantidad de partidos posibles para satisfacer la parrilla televisiva, una Copa Chile con fase de grupos aumentaría la exhibición. Si hoy cada club juega un mínimo de 32 partidos en el año, con esta estructura disputarían al menos 36 cotejos. Restarían los cuartos de final, semifinal y la final. Los finalistas llegarían a 41 encuentros en el plano local, sin tomar en cuenta las competencias continentales.
Colo Colo y Universidad de Chile, en la fase de grupos de la Copa Libertadores, armaron formaciones mixtas y varios de los puntos que perdieron en las primeras 10 jornadas hoy los extrañan. Ahora que la ANFP trabaja sobre un plan estratégico, esta discusión está pendiente. Si en los 90 el fútbol chileno fue protagonista en la Copa Libertadores, no fue solo por la fortaleza de los planteles que en esos años disponían albos, azules y Universidad Católica.
Restan ocho partidos y los dirigidos por Beñat San José aparecen con un liderazgo firme, más allá de las consideraciones estéticas. A esta altura, que los cruzados lucieran una derrota no estaba en los cálculos de nadie. El cierre del campeonato será bravo para la UC, con San Luis, Colo Colo, Huachipato, Universidad de Concepción, Universidad de Chile, Deportes Antofagasta, O'Higgins y Deportes Temuco. Todos sus rivales se juegan algo, incluso los rancagüinos, que si bien hoy aparecen en la lona, en algún momento deberán mejorar si no quieren meterse en la pelea por el descenso.
El epílogo permitirá ver si La Calera, la U penquista y los "Pumas" son capaces de afrontar la presión de jugar por la gloria y la historia, sin considerar que Colo Colo y la U siempre pueden amagar. La necesidad de conseguir cupos internacionales determina que nadie dé la batalla por perdida.
¿Y abajo? En circunstancias normales, Audax y Everton deberían estar descendidos por los nueve puntos que alcanzaron en la primera rueda. Pero ambos siguen vivos, sobre todo los "tanos", y desde el décimo (Deportes Iquique) hacia abajo, todos sufrirán.