Durante la semana pasada, el Gobierno dio a conocer prácticamente el mismo día los resultados de la Casen 2015-2017 y su proyecto de "modernización tributaria", que ingresó al Parlamento en esos días.
Quiero vincular ambas situaciones, porque justifican aún más, dados los resultados de la Casen, la necesidad de rechazar en sus aspectos centrales, la denominada "modernización tributaria" del actual gobierno.
La Casen nos mostró, en lo sustantivo, tres grandes resultados: la pobreza por ingreso disminuyó en tres puntos, llegando en la actualidad a algo más del 8% de la población viviendo en esa situación. No está de más recordar que este es el resultado de una constante disminución de este indicador desde el retorno a la democracia, pues la dictadura cívico-militar de derecha nos legó el 11 de marzo de 1990 el 38,8% de la población chilena viviendo en la pobreza. El actual indicador, además, hecha por tierra un argumento permanente de la derecha, el cual consiste en que solo el crecimiento económico disminuye la tasa de pobreza, lo anterior porque durante el gobierno de Bachelet 2, donde se aplicó la mencionada encuesta, el crecimiento económico fue muy bajo, promediando 1,7% por año; no obstante, la pobreza disminuyó en más de tres puntos.
El segundo gran resultado es que se estancó la medición de pobreza en torno al 20% con respecto al resultado anterior, cuando más allá de los ingresos se consideran otras cinco variables, vinculadas estas últimas al contexto en el cual se mueven las familias chilenas. Lo anterior demuestra que bajo este indicador se requieren políticas públicas que vayan más allá del mero aumento del ingreso personal y familiar. Y el tercer resultado nos mostró un leve aumento en la desigualdad, considerando el índice Gini, que transitó desde un casi 0,49% a algo más del 0,50%. Asimismo, otro de los indicadores utilizados para medir la desigualdad fue un retroceso al comparar los ingresos del 10% más pobre versus el 10% más rico, en donde este último tramo supera en 39 veces al anterior; no obstante, en la medición anterior esa diferencia era de 34 veces. Cabe consignar que dicha medición considera solo los ingresos autónomos, pero al aplicar las transferencias monetarias desde el Estado al segmento más pobre, la diferencia disminuye a 17 veces.
En conclusión, la Casen nos muestra una reducción de la pobreza de tres puntos, un estancamiento en la pobreza multidimensional en torno a un 20% y un leve aumento de la desigualdad. Dada la descripción anterior, nos resulta particularmente complejo el proyecto de "modernización tributaria", porque en su esencia va a aumentar la desigualdad, considerando que el capítulo principal de dicho proyecto es la reintegración del sistema tributario, el cual beneficiará en más de un 80% de este "beneficio" a los dueños de las 1.000 empresas más grandes de Chile, cuyos propietarios y accionistas, sin duda alguna, están en el 1% de mayores ingresos, y en consecuencia, dada la regresividad de este proyecto, no va en la dirección correcta, que para nosotros es transformar a Chile en un país más justo. Cuando el informe financiero de dicha propuesta nos dice que por efecto de la integración del sistema el Estado reduce sus ingresos en más de US$ 800 millones, de los cuales más de US$ 600 millones terminarán en los bolsillos del 1% más rico para su consumo, nos conduce a ser enfáticos en rechazar dicha propuesta específica; no obstante que hay otros elementos del proyecto, de menor significación monetaria, que sí considero justos y apropiados, como por ejemplo: reducir parcialmente la evasión al IVA mediante la boleta electrónica y establecer un impuesto que hoy día no existe a los servicios digitales. En conclusión, a la oposición nos hizo muy bien, para ratificar nuestro rechazo al proyecto de "modernización tributaria" del Gobierno, el haber conocido el mismo día los resultados de la encuesta Casen, porque reafirma nuestras convicciones para rechazar dicho proyecto, cuyo resultado evidente será aumentar la desigualdad en Chile.