Hace dos años se cumplió el cuadragésimo aniversario de la muerte de William Shakespeare. Una de las maneras de conmemorar el acontecimiento es el proyecto Hogarth: diversos escritores recrean, revisan y reescriben algunas de sus obras más conocidas, para los lectores del siglo XXI. En el proyecto participan escritores como Margaret Atwood, Jeanette Winterson y Gillian Flynn, entre otros; muy pocos han llegado a Chile (La semilla de la bruja, de Atwood, basada en La tempestad, está en librerías). Como se ve, provienen de distintos ámbitos de la literatura. Flynn y Jo Nesbo, el noruego autor de esta revisión de Macbeth, provienen de la narrativa policial y han sido editados en el sello editorial Roja y Negra, del mismo grupo que Lumen, la editorial que tomó a su cargo el proyecto Hogarth en español. Nesbo tenía por delante un tremendo desafío. Macbeth es una de las obras más intensas y terribles de Shakespeare, animada por la ambición de poder, las brujas, los fantasmas, los remordimientos, el crimen, la pasión y la tragedia. El noruego optó por ambientarla en una ciudad británica en la era de la guerra fría; una ciudad en decadencia, asediada por los carteles de la droga, con fábricas en ruinas y una vieja locomotora, Bertha, que se alza como monumento al pasado esplendor de la ciudad.
La realeza y la nobleza han sido reemplazadas acá por la jerarquía en el cuerpo de policía de la ciudad. Las brujas de Shakespeare son cocineras de una droga local, la pócima, que compite con mucho éxito con las anfetaminas y la cocaína importadas. La muerte de Kenneth, un jefe de policía corrupto, lleva a la cumbre a Duncan, un hombre honrado que pertenece a la clase dominante, igual que todos los altos mandos de la policía. Duncan promueve a Macbeth, un plebeyo, a un puesto de alto poder, hecho que le han anunciado las cocineras de la pócima. Es básicamente el mismo argumento de Macbeth. Nesbo logra crear personajes complejos y maneja bien los hilos de la trama, logrando una novela sumamente entretenida de leer, como, por lo demás, son sus clásicas obras policiales. Pero hay algo que desentona, y es el intento de darle un barniz de razón contemporánea a la suma de supersticiones que se mueven en el fondo de la tragedia de Shakespeare. Que pueden ser leídas como pulsiones fundamentales -ira, odio, ambición, amor, terror- y que por ello no requieren más explicaciones.
Jo Nesbo
Lumen,Barcelona, 2018.
640 páginas.