Álvaro Rudolphy está de vacaciones, ajeno a todo el revuelo que generó el capítulo final de "Perdona nuestros pecados". La teleserie de Mega terminó el miércoles convertida en la nocturna más vista de los últimos años, con un peak de 40 puntos de sintonía. Además, su desenlace no dejó indiferente a nadie e incluso varios televidentes criticaron en las redes sociales que quedaron cabos sueltos en la historia o que no les gustó el destino de algunos personajes, como la muerte del cura Reynaldo (Mario Horton).
Rudolphy ni siquiera se ha enterado de las críticas y para él, sobre todo Armando Quiroga, el villano que interpretó, tuvo un justo final al ser fusilado. "Creo que Quiroga tuvo el final que se merecía. Un villano tan cruel tenía que terminar como lo hizo y pagar por sus errores, que en su caso fueron bien terribles", dice el actor a "El Mercurio".
Interpretar al malvado de la historia fue para Rudolphy un importante desafío laboral y, aunque tuvo una carga emocional importante, dice que aprendió a manejarla: "Sin duda que este personaje tan complejo emocionalmente y con tantas aristas significó un desafío profesional, pero no implicó necesariamente un costo emocional. Efectivamente cada escena requiere que uno se involucre emocionalmente con el personaje, pero yo he aprendido con el tiempo que eso quede en el trabajo y no traspase a otras esferas de mi vida personal", aclara.
De todas formas, hubo escenas que lo complicaron por su violencia emocional. La que más recuerda es la que se emitió en el capítulo de cierre, donde Armando Quiroga, en medio del incendio de la iglesia, intenta suicidarse. "Esa escena la recuerdo como muy compleja. La situación era difícil porque estábamos con el fuego y había que resolver rápido; entonces, no se les permitía mucho tiempo a los procesos emocionales, porque todo estaba ocurriendo en el momento", expresa.
Rudolphy no comenta si para hacer a Armando Quiroga se inspiró en algún personaje real. Sí señala que malos de la talla del de Villa Ruiseñor existen. "El mundo real es mucho más sorprendente de lo que nosotros pensamos. Creo que la ficción en ningún caso supera a la realidad", dice.
También ha comentado que aún le llama la atención que una parte del público no diferencie la ficción de la realidad. Recuerda que hace unos meses viajó a ver a su padre a Concepción y, estando con sus hijos en la plaza, algunas personas comenzaron a insultarlo por las fechorías de su personaje en la teleserie.
Sus dos villanos
Y sobre el tipo de personaje que le gustaría interpretar en la próxima teleserie, comenta que cualquiera que implique un desafío actoral y que, en todo caso, los malos siempre le han gustado. De hecho, los dos malos favoritos que ha interpretado son Armado Quiroga y Julián García de la teleserie de TVN "Alguien te mira". "Son los villanos que más me ha costado y gustado interpretar. No me atrevería a poner a uno en primer lugar y a otro en segundo. Para mí están a la par, porque son villanos absolutamente distintos; uno era una especie de asesino serial oculto y Quiroga un villano despiadado al que no le importaba mostrarse como tal".
Finalmente, el actor cree que el fenómeno en que se convirtió "Perdona nuestros pecados" no es casual. "Es una suma de aciertos dentro de los cuales están el que se trató de una muy buena historia; que tiene un guion muy bien escrito y elaborado, que contó con un elenco sólido con muy buenas actuaciones, además de una dirección sutil, fina e inteligente".
¿Qué pasó con Villa Ruiseñor?
El pueblo ficticio que el área dramática de Mega ambientó en la Región del Maule quedó instalado en el fundo que se arrendó. Desde el área dramática dicen que se lo regalaron al dueño del terreno, pues es mayor el costo de desmontar y guardar.