Hay un culto a la palabra hablada que causa contradicciones. Porque no consideramos lo que se llama "conducta no verbal", que es básicamente cómo nos comunicamos y no qué comunicamos. Estudios han descubierto que la postura corporal es, además de los tonos de voz, una clave de la comunicación.
Si una persona está siempre de pie, muy derecha, erguida, siempre y en circunstancias muy diversas, nos hace sospechar que necesita afirmarse en su postura corporal para defenderse, mostrando poder. Podemos suponer que esa persona se siente menos grande y fuerte que lo que quiere aparecer. Al contrario, vemos personas con la actitud corporal opuesta. Uno podría suponer que están menos tensos e incómodos e inseguros.
Sin embargo, no podemos definir un estado solo por una consideración. También está el apuro con el que se habla, si se mantiene la mirada a los ojos o se evita y si esto es siempre así o solo en situaciones de riesgo. También, si sumamos la concepción social de que el que no domina la situación pierde, la tendencia es evidente. Los hombres, por ejemplo, usan la rabia y las mujeres el llanto, cuando el miedo a las palabras perturba. Cuando hay que ser valiente para salir adelante, cuando el éxito y las ventajas se consiguen solo con coraje en el mundo en que vivimos, los hombres tienen ventajas. No están obligados a "portarse bien" todo el tiempo. Las mujeres avanzan en la expresión de sus rabias o sentimientos más censurados, pero aún no son libres de hacerlo, al menos no en todas las culturas y clases sociales. Los hombres, por ejemplo, en nuestra cultura están interpelados a ser más fuertes que las mujeres. Se les aprecia más en el mundo, por ende, tienen más posibilidad de expresar rabia y crítica. Y de hacerlo con la voz, el tono, la postura que corresponde a la rabia. Las mujeres suelen expresar la rabia a través de la queja o de la pena.
¿Cómo aprender a comunicarnos de mejor manera? No es fácil. Y esta dificultad produce malos entendidos muy difíciles de reparar a veces. La honestidad es un camino, pero requiere comunicarse con todos los elementos de la comunicación para ser comprendidos por el otro.