Underworld & Iggy Pop - "Teatime Dub Encounters"
En 1996 compartieron el recordado soundtrack de la película "Trainspotting" y dos décadas después se reunieron en un proyecto musical que fusiona lo mejor de cada uno y que, de paso, deja de manifiesto que conceptos como la locura o la decadencia son completamente atemporales. El dúo electrónico británico Underworld y el viejo e incombustible Iggy Pop publicaron un EP en conjunto nacido exactamente de las sesiones de "Trainspotting 2", pero anexas también al resultado final de la cinta de Danny Boyle.
El disco no se desarrolló como la vida de Mark Renton, claro, pero los escenarios y su contenido es similar. Los músicos se juntaron en una habitación de hotel londinense equipada como estudio de grabación, con el secretismo como ambiente definido para construir cuatro canciones que atraen en la urgencia de los beats y el imaginario de la voz del ex líder de los Stooges, que dispara todo eso que la sociedad intenta guardar debajo de la alfombra luego de disfrutarlo.
Tres de los cuatro cortes alcanzan los 7:30 minutos de duración, con el tiempo como arma de hipnosis de las melodías que se repiten una y otra vez. Y las palabras de Iggy Pop no son un cable a tierra, sino más bien un susurro de la conciencia que en su figura convierte cada pieza en punk electrónico, como si James Murphy al mando de LCD Soundsystem hubiese tenido un sueño premonitorio con esas métricas. Una pequeña muestra de la elasticidad de los géneros y la creatividad cuando quedan a cargo de las cabezas correctas.
Bebe Rexha - "Expectations"
En el video de "I'm a Mess" de su álbum debut, "Expectations" (2018), Bebe Rexha habla sobre cómo ha logrado lidiar contra problemas como la ansiedad y la depresión. La cantante estadounidense de origen albanés podría definir desde ese lugar su manera de hacer música, donde el dolor y la oscuridad tienen la difícil misión de convertirse en algo luminoso, esperanzador y, en parte, festivo.
Porque la artista de 28 años aparece como una suerte de princesa emo que reina en territorios comprometidos con el pop minimalista y los ritmos electrónicos en alianza con la escena urbana que se mueve a paso de conquistador -y que acá trae a Quavo de Migos como embajador-. Aunque su título de nobleza parte por su voz, con una tonalidad similar a la de Tove Lo y una calidad interpretativa particular. Su canto es intenso, pero deja la sensación de que su escuela ligada al EDM le impide apoderarse completamente de las canciones.
"I got you" y "Self control" son buenas referencias de lo contrario, singles en los que se ubica al frente, llevando con ella la fuerza de la producción y no un mero acompañamiento de los beats , como le ocurre en la otra parte de "Expectations". En esos espacios pareciera que Bebe Rexha simplemente pone su presencia al servicio de la música para evitar un largo vacío instrumental. Si el álbum cuenta esas experiencias personales profundas, es primordial que su creadora se apropie del principio hasta el fin. Ahí titubea.