La Copa Libertadores envuelve y seduce. El miércoles, Colo Colo lo vivió en su estadio Monumental. Por la ida, en los octavos de final, venció 1-0 a Corinthians en su mejor actuación del año. Un partido tenso, donde en la medida que avanzaron los minutos, creció en confianza y terminó yéndose con la certeza de que la ventaja mínima resultó mezquina.
Fiel a su estilo provocador, Jorge Valdivia enrostró al periodismo un supuesto "ninguneo". En opinión del volante, se había dado por eliminado a Colo Colo antes de jugar. ¿Dónde lo leyó? ¿A quién escuchó? Como en toda actividad, hay que filtrar y sopesar los mensajes, pero ante todo los mensajeros. Muy distinto es decir que Corinthians es el favorito para llevarse la llave, como suele ocurrir siempre que un cuadro de Primera División brasileña se enfrenta a cualquier equipo chileno.
Existe una diferencia de categoría, de presupuesto y un peso histórico irrefutable. En rigor, es un ejercicio de honestidad intelectual. Lo descrito no implica que en ciertas ocasiones es posible equiparar e incluso superar al adversario, como sucedió la fría noche del miércoles en Macul. Colo Colo se impuso desde el inicio, impidió que el "Timao" manejara la pelota o contragolpeara. Sin perder el orden, generó al menos seis situaciones claras de riesgo, además del tanto de Carlos Carmona.
Bien Tapia en la apuesta de poblar la mitad de la cancha, pero con resguardos en el fondo. El trío de zagueros argentinos, formado por Matías Zaldivia, Julio Barroso y Juan Manuel Insaurralde, más la seguridad que transmite Agustín Orión desde el arco, explican en parte la supremacía popular. En la planificación del entrenador es posible que los volantes fueran Claudio Baeza, Carlos Carmona y Esteban Pavez, con el objetivo de discutir esa zona vital. Por eso, la resolución, ante la lesión de Pavez, fue adecuada.
El Mundial demostró que la seguridad defensiva y el ataque con rapidez a los espacios vacíos son argumentos decisivos. Para derrotar a un grande de Brasil es necesario ofrecer la mejor cara. El grueso de los jugadores albos aplicó esa máxima. Con esta intensidad y concentración, sería muy difícil que no estableciera diferencias amplias en el plano local.
El fútbol, como argumentó Marcelo Bielsa en su última rueda de prensa, posee enormes atributos emocionales que determinan el rendimiento de los jugadores. Colo Colo nos dio una prueba ante Corinthians, tal como lo hizo Universidad de Chile en sus dos partidos ante Racing en la fase grupal de la Libertadores.
Una lástima que el Cacique no llegue a Sao Paulo con los dos goles de diferencia que el trámite del partido acreditaba. De todas maneras, ganar 1-0 era un resultado casi soñado en el Monumental, por el equilibrio de fuerzas en estas etapas de la Libertadores. Ir con la valla en cero, después de jugar como local, es un anhelo de todos los equipos.
Convertir un gol, ese es el gran objetivo de Colo Colo. Si lo consigue, el rival deberá vencerlo por al menos dos tantos. El oficio popular augura un buen panorama en el Arena Corinthians. Sería el impulso preciso para abordar el sueño grande, postergado desde la ya lejana década de los noventa.