En esta era de extremos audiovisuales -franquicias y secuelas, por un lado; cine indie y de festival, por el otro-, mucho de lo que es alabado por los especialistas al final decepciona, se queda corto o es olvidado en el mediano plazo. Basta retroceder hasta la última entrega del Oscar: de todo lo que en su momento sonó hasta el cansancio solo va quedando en pie la ignorada (pero extraordinaria) "Phantom Thread", de P.T. Anderson. A cinco meses de los premios, todo el resto -incluyendo las respetables "Call Me By Your Name" y "Lady Bird"- tiene sabor a producto aplaudido, después reciclado y luego demolido en medio de una avalancha de críticas, posteos y tuits que terminan por ocupar más espacio que la película misma en la cabeza de quienes, tras consumir la información, comienzan a olvidar el producto.
Por eso alivia comprobar que todo lo dicho acerca de "First Reformed" -la nueva cinta del legendario Paul Schrader- no era hype, no era exageración. El drama del padre Toller (Ethan Hawke), un ex capellán de ejército que llega a hacerse cargo de una histórica y semivacía iglesia del condado de Albany, New York, "sobrevivió" a la lluvia de elogios surgida tras su estreno mundial, hace un año en el pasado Festival de Venecia, y mientras comienza a asomarse en los servicios de
streaming (ya se puede comprar por Amazon Video), muchos la están incorporando por adelantado a sus listas de mejores del año. La mayoría de los artículos escritos acerca de ella apela al "regreso" de Schrader a primera línea, como si el director de "American Gigolo" (1980) y "Mishima" (1984) fuese una suerte de hijo pródigo que recupera el respeto de los cinéfilos tras una prolongada travesía por el desierto, que incluyó producciones mediocres, recaudaciones ínfimas, estrategias de autofinanciamiento y el intento de sostener una carrera fílmica en un escenario cada vez más hostil. Es cierto: el hombre la pasó mal en los últimos años, pero atribuir la garra y el temple de su última película a todas esas pellejerías es pasarse un poco de la raya. Eso porque el filme es menos una historia de redención que el relato de alguien incapaz de figurarse en esa instancia, haga lo que haga: después del fallecimiento de su hijo, en acto de servicio en Irak, Toller se fue abajo. Abandonó el ejército, se separó de su mujer, se ahogó en la botella y fue rescatado por el Pastor Jeffers, cabeza de una enorme y próspera congregación que semeja más una empresa que una iglesia. Fue Jeffers quien lo dejó a cargo de "First Reformed", primera capilla creada en el área y que ahora está a punto de celebrar 250 años.
Alcalde, empresarios, turistas, curiosos y unos cuantos otros ya se están adueñando del aniversario, pero Toller solo tiene espacio para pensar en el reciente suicidio de un feligrés, un activista medioambiental cuya muerte despierta en el sacerdote un descontento, un malestar y una tensión que se vuelven abrasadores. Ni él mismo parece comprender a cabalidad el origen o el destino de los arrebatos que cada noche va confiando a su diario de vida. Hace poco más de cuatro décadas, el entonces guionista Schrader había ideado una similar válvula de escape para el desquiciado Travis Bickle, protagonista de "Taxi Driver" (1976), y por ello quizás el primer impulso del espectador apunte a conectar ambos personajes, como si uno fuese la lógica extensión o reescritura del otro; pero es cosa de dejar que la trama se desarrolle para ver cómo la "pasión" de Toller va enlazándose con ficciones aún más inmensas y desesperadas, cuya huella va esparciéndose cual migajas de pan -cual pistas- a través de toda la cinta. No cuesta mucho reconocer aquí la influencia de obras como "Primavera tardía" (1949), "Un condenado a muerte escapa" (1956), "Luz de invierno" (1961) o "El sacrificio" (1986); filmes que Schrader ha admirado toda la vida y que ahora, por vez primera, se atreve a invocar abiertamente, como si a sus 72 años hubiese ganado coraje suficiente para medirse con Ozu, Bresson, Bergman y Tarkovski. Con los gigantes. Qué va: se ha ganado el derecho, porque su gesto no es de desafío, sino expresión de humildad.
FIRST REFORMED
Escrita y dirigida por Paul Schrader.
Con Ethan Hawke y Amanda Seyfried.
Estados Unidos, 2017, 113 min.
Disponible en Amazon Video.