Convertirse en un clásico no es fácil. Nada de fácil. Y en gastronomía pasa a ser una medalla por la que hay que luchar a diario. Porque esa seguridad en que la experiencia volverá a repetirse en cada visita, es uno de los mayores logros de un restorán. Aquí los vaivenes ni se sienten y los parroquianos vuelven, repiten y se hacen habituales.
Y eso es, precisamente, lo que pasa con el Miraolas. Un lugar que comenzó basándose en la excelencia de sus pescados y mariscos, con su toque vasco, que no hacen sino resaltar las cualidades de los productos que se ofrecen.
El Miraolas es un lugar donde se reúne todo tipo gente, desde poderosos empresarios, políticos, rostros de tv, parejas, familias y anónimos comensales; todos seguros de que aquí volverán a encontrar lo que buscan: un producto de excepción preparado como siempre. Además, no es como en otros lugares donde los garzones tratan de vender -a como dé lugar- algunos platos. Y esa honestidad, que se agradece, es parte de su explicación para su lleno permanente.
Las ostras son un
must de la casa. Siempre frescas y se suelen encontrar también las pequeñas de borde negro. Los erizos, en su época, son los mejores de Chile, sin dudas. Se ofrece sashimi para quienes prefieren los sabores más naturales. Las gambas con gabardina, una especie de tempura, son un vicio para superar cualquier pena. O a la donostiarra, tan bien hechas que ni el ajo se nota.
La merluza austral, el congrio, róbalo o lo que se oferte en el día, preparados para no tapar sus sabores. El txangurro, igual que en Bilbao. Con ese toque tan especial que lo diferencia de los chupes chilenos. Las cocochas... en fin. En mariscos y pescados, nadie lo duda, este es un local imbatible.
Miraolas es un clásico que sigue encantando a sus parroquianos, sin más secreto que la honestidad y cuidado que pone en cada plato.
MIRAOLAS
Dirección: Vitacura 3859 y 4171
Reservas: 22206 0202
Precio por pareja: $62.000
Cerrado domingos